Columna publicada por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP) como parte de su habitual difusión del Semáforo Minero. A continuación lo escrito por Miguel Cardozo, vicepresidente del IIMP.
La pandemia de coronavirus ha generado una crisis mundial sin precedentes, que ha puesto en jaque no solo los sistemas de salud de diversos países, sino también a sus economías. De esto no se exenta el Perú, donde ya se tiene cerca de 600 personas contagiadas.
A esta problemática no es indiferente el sector minero peruano, que además de paralizar en gran medida sus operaciones, ha decidido donar 500,000 kits de descarte de coronavirus para apoyar los esfuerzos que viene realizando el gobierno a nivel nacional para contener el Covid-19.
Estas donaciones, que se alinean con las buenas prácticas de responsabilidad social del sector minero, se sumarán a las 1’600,000 pruebas que comprará el estado peruano para detectar el coronavirus en las distintas regiones de nuestro país.
Sin duda, que tenemos un enorme reto que superar, pero confiamos en que podremos salir adelante de esta emergencia sanitaria con el liderazgo de nuestras autoridades y el apoyo de las empresas y la población.
De otro lado, consideramos pertinente la aclaración de la Confiep sobre el malentendido surgido recientemente respecto a la supuesta presión para que las empresas mineras sigan operando en nuestro país, en pleno estado de emergencia decretado por el gobierno.
Como informamos anteriormente, las empresas mineras formales han cesado su producción y han ido evacuando a la gran mayoría de sus trabajadores, dejando en cada operación solo al personal indispensable para asegurar un nivel de funcionamiento técnico mínimo requerido.
Y esta no es una excepción que el gobierno hace con la minería. Nuestra industria es distinta a las demás, porque maneja aguas ácidas, canchas de relaves y otros complementos que, si son descuidados, pueden originar daños irreparables al entorno.
Asimismo, vemos que debido a las medidas adoptadas por el gobierno el sector energético también viene experimentando un decrecimiento del 30% en la producción eléctrica a nivel nacional, lo cual es un reflejo fiel del comportamiento de la demanda.
Ello se explica, según Macroconsult, debido a la paralización de importantes operaciones mineras y de buena parte de la actividad económica en Lima Metropolitana y otras ciudades. En el caso del sector minero no es de sorprender, ya que se trata del mayor consumidor de electricidad en el país (36% del consumo nacional).
Cabe mencionar que entre el 2005 – 2018, nuestra industria minera triplicó su consumo de 5,737 GWh a 16,090 GWh, debido al ingreso de megaproyectos y ampliaciones mineras, así como al aumento de la producción de cobre durante los últimos años.
*foto referencial
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