Con la llegada de la Covid-19 al país, las empresas mineras se adaptaron a un nuevo escenario priorizando la salud, gestión de recursos en manejos de bioseguridad, y más inversión en infraestructura necesaria frente a nuevas regulaciones de distanciamiento social en habitaciones, comedores y transporte.
En este contexto, Paul Gómez, Vicepresidente de Servicio Técnicos de Gold Fields, indicó que, tras la pandemia, se fortaleció el concepto y práctica de la Minería 4.0. “La pandemia aceleró el trabajo remoto, introdujo aplicaciones móviles para agilizar procesos de validación y aprobación, hasta trabajos colaborativos en red y en la nube para monitorear y supervisar de manera remota las operaciones. Con ello, la minería sigue avanzando en tecnología de punta para garantizar la seguridad de sus trabajadores y minimizar su exposición al riesgo e interacción con equipos”, agrega.
1. Data analytics para eficiencias:
Destacando su capacidad de reacción proactiva y búsqueda de soluciones continuas, las mineras han reforzado sus procesos de digitalización para elevar la capacidad de manejo de grandes datos, su análisis e integración, permitiendo el logro de eficiencias, optimizando procesos, reduciendo costos e incrementando la productividad.
2. Oferta comercial competitiva:
La industria minera es cíclica y depende efectivamente de la oferta y demanda, así como de los precios de los metales; sin embargo, independientemente del contexto, el sector minero siempre busca alcanzar la mayor eficiencia posible a través del control de costos y eficiencia operativa.
“Bajo el contexto actual, el sector minero se debe enfocar en mejorar sus niveles de producción en toda la cadena de valor, desde los procesos geológicos, mineros y metalúrgicos, para maximizar el aprovechamiento de sus reservas minerales, así como optimizar la cadena logística y comercial para el transporte efectivo de sus productos y venta respectiva”, destaca el Vicepresidente de Servicios Técnicos de Gold Fields.
3. Contribución a la recuperación económica:
La importancia de la inversión minera radica en su impacto positivo para el desarrollo económico y la recuperación económica del país. De acuerdo a datos de la SNMPE, más del 10% del PBI del país proviene del sector minero, generando una gran cantidad de trabajo directo e indirecto en la cadena económica y logística relacionadas. Adicionalmente dinamiza la economía de las regiones donde opera.
“Por ello, hoy más que nunca, se deben sumar los esfuerzos del sector público y privado para destrabar el gran potencial de los proyectos mineros en todas las etapas, ya sea en exploración, construcción de nuevas minas, ampliaciones o rehabilitaciones. Son varias decenas de miles de millones de dólares que pueden impactar positivamente en la creación de puestos de trabajo directo e indirecto”, resalta el ingeniero.
El experto también señala que, aunque el Perú tiene un excelente nivel de competitividad por el potencial geológico, aún queda mucho desarrollo por hacer en infraestructura, institucionalidad y regulaciones para seguir siendo atractivos frente a la inversión de grandes capitales.
4. Relaciones que construyen:
Cultivar buenas relaciones con las comunidades es fundamental para el desarrollo de la operación y para el crecimiento sostenible de las propias familias de las zonas de influencia. “Por ejemplo, en Gold Fields, desde el 2008 hasta ahora, hemos logrado un buen relacionamiento, basándonos en el respeto irrestricto de normas como las del cuidado al medio ambiente y apoyo al desarrollo sostenible de nuestra área de influencia, enfocado en ejes principales como son gestión del agua, agro, infraestructura, educación y salud, con un enfoque multiactor, en donde la empresa privada, gobierno central, regional y provincial se unen para el logro de desafíos de la comunidad”, concluyó Gómez.