Para el también gerente de Newmont en Perú, el desarrollo territorial genera no solamente competitividad minera, sino también diversificación productiva.
Con base en afirmaciones de las Naciones Unidas acerca de que el IDH de Perú creció 60% en los últimos 20 años prepandemia, el Ing. Darío Zegarra, segundo vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, dedujo que uno de cada tres peruanos dejó la pobreza en dicho periodo, lo que, en buena medida, fue obra de la contribución y el impacto que generó la inversión minera, así como la que ejerció la industria asociada a esta actividad.
No obstante, reconoció que persiste el desafío del desarrollo humano pleno en todo el país, sobre todo en aquellos territorios remotos e inhóspitos, donde el Estado está ausente o tiene una presencia débil, razón por la que las empresas privadas, especialmente las mineras, deben fungir de puentes o hilos conductores para derribar brechas y llevar servicios básicos, a partir de la concertación, asunto clave que impulsó la reciente edición de PERUMIN a través de la escucha activa y la generación de propuestas entre distintos actores.
“Fue idea del comité organizador de PERUMIN 35 sistematizar esas experiencias positivas que se ha tenido a lo largo de los años y tratar de quitarles los focos de tensión y conflictividad a a nivel social, los cuales nos hacen pensar que todo es falencia y fatalidad, con lo que hemos podido dar visibilidad a esos territorios que, con presencia de la minería, vienen desarrollándose y accediendo a derechos”, dijo en el Jueves Minero.
En ese sentido, comentó que posiblemente para fin de año se tenga lista una publicación acerca de las experiencias, hallazgos y propuestas que se hayan tratado en la convención minera, y que este material sirva para acercar aún más al ecosistema minera con los gobiernos regionales, provinciales y distritales que entrarán en funciones en 2023, a fin de provocar espacios de conversación y colaboración en virtud del progreso del Perú.
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“PERUMIN logró poner encaminar Rumbo a PERUMIN, donde veíamos que era una inmensa oportunidad escuchar a las regiones y no solamente llevar el mensaje de la minería a estas. Entonces, esperamos para PERUMIN 36, aparte de la publicación, tener un proceso mejorado y fortalecido de interacción con los actores en las regiones y seguir incitando esta unión de visiones de acción colectiva que puede acercarnos al desarrollo de los territorios con la minería como gran catalizador”, resaltó el ejecutivo.
Regiones son más que mineras
Como presidente de la ALAC Yanacocha, organización dedicada a promover el desarrollo humano sostenible en zonas rurales y urbanas de Cajamarca, Darío Zegarra ha visto de cerca el retroceso de la pobreza en esta región por acción principal de la minería.
Por tal, le es injusto que se critique a esta industria, cuando “en realidad siempre se preocupó por construir carreteras, tender líneas eléctricas, modernizar centros educativos y disponer de agua en reservorios y canales para la gente”.
Para el también gerente de Newmont en Perú, el desarrollo territorial genera no solamente competitividad minera, sino también diversificación productiva, la cual debe ser impulsada desde una agenda común que reconozca las vocaciones agrícola, ganadera y turística de los pueblos, y que posicione al sector minero como catalizador de esas potencialidades, dentro y fuera del territorio donde realizan sus operaciones.
“Años atrás pensábamos que el desarrollo tenía que darse en la comunidad inmediata alrededor del asentamiento minero, porque esa era el área de influencia, pero la realidad nos enseñó que las dinámicas comerciales, culturales y familiares de los territorios no están circunscritos a la jurisdicción geopolítica. Eso lo van redefiniendo las personas en las actividades de relacionamiento, comercio y cultura, cuando migran de un punto a otro”, apuntó.