Las dragas, prohibidas desde el 2012, generan un impacto grave en los ríos.
La Defensoría del Pueblo, a través de sus redes sociales, exhortó al Pleno del Congreso a no aprobar el dictamen que dictaría el retorno de las dragas, entre otras medidas, para la pequeña minería y minería artesanal.
Debido al impacto que generan en los ríos de la Amazonía especialmente, están prohibidas desde el 2012.
Cabe recordar que el último 5 de julio, la Comisión de Pueblos aprobó un dictamen que aglomeraba diversos proyectos de ley sobre este tipo de actividad minera. Así, la simplificación y prórroga para el proceso de formalización, que en su momento generó el rechazo de la misma Fiscalía Especializada en Materia Ambiental, fue otra de las iniciativas propuestas.
Sobre las dragas, en el artículo 64 del dictamen se especifica que los mineros que trabajan en cursos de agua “podrán emplear equipos como la balsa gringo, balsa traca, carancheras y cascajeras, así como equipos similares, cuya potencia no debe exceder de los 100 hp, además del uso de mangueras de succión”.
Las dragas son instrumentos que tienen como fin la extracción, el transporte y el vertido de materiales situados bajo el agua, ya sea en el medio marino, fluvial o lacustre. Para el caso de la minería aluvial, las dragas tienen la función de extraer el material que contiene el oro.
“Demandamos al Congreso no aprobar dictamen de proyectos de ley que permiten el uso de dragas en ríos, lagunas, cabeceras de cuenca, poniendo en riesgo nuestros recursos hídricos, la vida y la salud de las personas, especialmente de la población indígena”, pidió la Defensoría.
Y agregaron que “el uso de dragas genera grave afectación al ambiente y su prohibición está confirmada por el Tribunal Constitucional. No se debe retroceder en la lucha contra la minería ilegal y en la política estatal para lograr actividades mineras sostenibles y responsables con el medio ambiente».