El cobre es un mineral estratégico que debe ser usado con un liderazgo transcendental para aplicarse en la lucha contra la pandemia del Covid-19. Este metal debería posicionarse en nuestra economía interna, a través de la unión estratégica del sector minero y la industria textil. Asimismo, puede ser uno de los insumos que mayores innovaciones puede impulsar, para lo cual se necesita la integración con científicos de nuestras universidades, CITES, institutos y emprendedores, con el objetivo de sentar las bases de un Silicon Peruvian Valley, versión 4.0.
Así lo explicó Mario Esparza Mantilla, doctor en Microbiología por la Universidad de Chile y la Universidad de Goettingen (Aemania), durante la conferencia técnica “Usos del Cobre como Metal Estratégico Contra el Covid-19”, organizada por el Capítulo de Ingeniería de Minas CD- CIP Lima el 24 de abril, como parte de las actividades que tiene por objetivo poner en agenda la importancia de la minería en la economía peruana y su contribución a la lucha contra la pandemia del coronavirus.
Esparza manifestó que se puede desarrollar una industria con miras a producir ropa de bioseguridad con propiedades antivirales, mascarillas, buzos, protectores faciales, guantes, zapatos, etc., así como producción de infraestructura cúprica que permitiría agilizar el sector de la construcción (hospitales de cobre, mesas, sillas, instrumental médico, respiradores con síntesis aditiva con nanopartículas y filtros de cobre, etc.).
En esa misma línea, el transporte público podría implementar sistemas de atención con superficies de cobre antimicrobiano para minimizar el impacto de infecciones del Covid-19, debido a que el mineral tiene la capacidad de eliminar bacterias con un 99% de eficacia.
Durante su exposición, señaló que nuestra relación con el metal rojo data desde épocas milenarias, cuando las culturas Moche y Paracas desarrollaron medicina con alta complejidad que incluían craneotomías, neurocirugías, entre otros. Hace más de 2,000 años nuestros ancestros, basaron su conocimiento tecnológico en el desarrollo de instrumentos cúpricos (narigueras, cuchillos bisturís, guantes mano, brazaletes y ropa antimicrobiana), con aplicaciones en bioseguridad para repeler infecciones para patógenos humanos como virus y bacterias.
Por tal motivo, un futuro posicionamiento importante en investigación, ciencia y tecnología, salvando miles de vidas y generando más de 600,000 empleos directos e indirectos, permitiría al país conseguir un ahorro de más de 300 millones de dólares al año en el sector salud por contención de infecciones intrahospitalarias con un retorno aproximado de 9,000 millones por generación de innovaciones.
Agregó que sería una gran oportunidad para que nuestro país de un cambio de timón girando y mirando al mercado nacional e internacional como proveedor de tecnologías antivirales para contener el COVID-19 y otras futuras pandemias, tal y como nuestros antiguos líderes quizás lo aplicaron en nuestras culturas milenarias.
“Es el momento para replantear el modelo económico de nuestra economía con base en darle valor a nuestros recursos naturales como el cobre, basados en ciencia y tecnología 4.0, como lo hace el hermano país de Chile. El cobre es un verdadero aliado para combatir la pandemia del Covid-19”, finalizó.
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(BQO)