Afirmaron desde el Banco Mundial, que el 7 de octubre presentará un Diagnóstico de la Gestión del Sector Minero (DSM) del Perú.
El Coordinador Regional Latam de Industrias Extractivas del Banco Mundial, Javier Aguilar, señaló que, si bien el Perú ha desarrollado un marco normativo que ha logrado el crecimiento del sector minero en los últimos años, hoy la industria necesita más componentes.
«Sabemos que el foco de competitividad ha sido crucial, pero pensamos que elementos como la sostenibilidad y desarrollo territorial deben ser centrales en una política minera», dijo Aguilar.
Durante su participación en el evento virtual Rumbo a Perumin, reveló que el próximo 7 de octubre darán a conocer un Diagnóstico de la Gestión del Sector Minero (DSM) del Perú, que en líneas generales «es un cuadro muy positivo, con un gran potencial geológico, pero con necesidad de mejorar la práctica regulatoria».
Detalló que el DSM está dividido en dos grandes partes: gestión del sector minero y cadena de valor de las industrias extractivas. A su vez, en el primer punto, se ha considerado la política sectorial, el diálogo sectorial, roles y responsabilidades, y coordinación intragubernamental.
En tanto, el segundo se dividió en operaciones mineras; impuestos mineros; contratos, licencias y exploración; impacto local; y gestión y distribución de ingresos.
Ideas fuerza del DSM
Para Aguilar, «el marco de gestión vigente centrado mayormente en la atracción de inversión minera ya no es suficiente para el desarrollo futuro de la industria».
Además, «la minería en el Perú representa una oportunidad para un mayor desarrollo y bienestar de las regiones mineras», por lo que «se requiere un esfuerzo concertado para aprovecharla».
«Se necesita un nuevo contrato social de la minería con el país a través de una política pública y, si fuera posible, a través de una política de Estado», subrayó.
Agregó que «para mejorar la gestión minera son necesarias instituciones reguladoras independientes, competentes y creíbles».
Con ello, el DSM propone medidas y reformas para renovar el marco de gestión minera, centrándola en tres dimensiones de igual importancia: el desarrollo territorial (inversión que genere mayor impacto en el desarrollo económico de las regiones mineras), sostenibilidad (inversión que mejore los estándares ambientales y sociales, utilice menos agua y menos energía, genere menos residuos y reduzca emisiones), y competitividad (inversión minera suficiente para desarrollar el potencial geológico del Perú y traducir el pipeline de proyectos en operaciones socialmente aceptadas).
Para Aguilar, «en muchas regiones del Perú, hay una gran oportunidad de atraer inversiones gracias a los trabajos de exploración ya realizados».
«El 91% son greenfield, es decir entrar a nuevas áreas donde las comunidades no están familiarizadas con la minería. Y allí tiene que trabajar el Estado. Y la mayoría de estas, son de tajo abierto. Este es un gran desafío hacia el futuro», aseveró.
Desafíos
El Coordinador Regional Latam de Industrias Extractivas del Banco Mundial manifestó que la próxima generación de minas en Perú tendrá éxito si hay un impacto en el desarrollo; se logra la aceptación social, la sostenibilidad e inclusión; y se destaca la eficiencia institucional.
Desde el Banco Mundial, dijo, «pensamos que existe una política minera intrínseca con su Ley General de Minería, pero estuvo centrada en el qué; es decir, en atraer más inversión y los efectos que desencadena. Pero creemos que hay más elementos como el Estado y allí está el cómo».
Los distintos grupos que fueron consultados en el estudio indicaron que estos son siete los temas que requieren ajustes: diálogo sectorial, política sectorial, gestión de impacto ambiental, gestión de impacto social, MAPE, relaciones comunitarias, y RSE y desarrollo local.
«Hay una convergencia excepcional. Pensamos que Perú debe salir de la dicotomía de pro-minería y anti-minería. El enfoque debe pasar a cómo realizar la minería y para qué», finalizó.