Resaltó, además, las cualidades del titular del Minem: «es un empresario y profesional, quechuahablante y aymarahablante, que ha recorrido el Perú a lo ancho y a lo largo, conoce los desafíos que tiene las empresas y operaciones mineras».
Organizado por Digamma, entre el 11 y 13 de setiembre se desarrollará una nueva edición de EXPOMINA, el gran cónclave bianual en el que se analiza a profundidad la actualidad y problemática de la industria minera peruana, al igual que se definen sus retos, se enumeran tareas para impulsar su desarrollo y se esbozan sus perspectivas.
Como un adelanto de lo que se tratará en la cita, en la presente entrevista conversamos sobre todos estos temas con Luis Rivera, Vicepresidente Ejecutivo de Gold Fields Región Américas y Presidente de la versión 2024 de esta feria.
Como ejecutivo de una empresa minera global, su labor le permite tener una perspectiva interna y externa del sector y del país. ¿Qué lectura tiene desde ambos escenarios sobre lo que actualmente ocurre en la minería peruana?
Tengo dos lecturas. Como empresario de una empresa transnacional, veo que el contexto global actual es increíblemente bueno para la industria minera. Los precios de los metales siguen batiendo récord. El precio del oro, por ejemplo, ha vuelto a batir récord histórico pese la
existencia de instrumentos de inversión paralelos, como el bitcoin y similares, lo que demuestra que sigue siendo un metal de refugio. El Perú es un productor de oro, ya sea de manera directa o como subproducto, lo que nos beneficia enormemente. Por otro lado, se confirma la necesidad del mundo de moverse a una economía más verde, lo que permite proyectar que la demanda de cobre no va a disminuir, sino que, por el contrario, va a seguir creciendo. Entonces, el contexto
actual de la economía global no puede ser más promisorio para la minería del Perú y del mundo.
Pero, a su vez, a nivel local eso hace que se decanten otros problemas. Concretamente, los exorbitantes precios de oro en el mercado internacional fomentan -en países con economías vulnerables, en camino al desarrollo y que tienen instituciones débiles- la minería ilegal, así como la minería informal, pero sobre todo la minería ilegal, que es lo más preocupante. Y la minería ilegal se transforma y fomenta diversas actividades criminales, que es lo que estamos viendo
en el país.
La extracción del oro a como dé lugar.
Sí, sin respetar ninguna normativa ni ningún criterio ambiental, mucho menos criterios tributarios o laborales, porque eso no existe en actividades de ese tipo.
¿Qué retos plantean para el país esos dos escenarios?
Que, como país, tenemos que aprender a jugar en esos dos escenarios. Ese es el desafío que tienen los gobernantes: entender que la actual situación de la economía global nos ayuda, que el Perú no podría estar en mejor momento, que el país no podría estar mejor ubicado por su geografía, su geología, su ecosistema minero. Porque el Perú no solo tiene un buen ecosistema minero, sino también las personas, el talento, los contratistas, los fabricantes, los puertos, la energía eléctrica y el agua, etc.
Pero, a la vez, entender también que tenemos instituciones débiles. Por ejemplo, tenemos una policía a la que todavía le falta entender bien la logística de las economías criminales para combatirlas efectivamente, porque esas economías están hoy globalizadas. Este es el caso de la minería ilegal, que genera metales que hoy son parte y alimentan un circuito global, economías que se mueven en otros países, en otros idiomas, por lo que la policía debe tener los equipos humanos y logísticos para hacer el seguimiento a esos recursos que salen del país y que mueven otras economías criminales paralelas. Esos son los grandes desafíos que tenemos como país.
¿Cree que el nombramiento de un profesional como Rómulo Mucho es una señal de que, por fin, el Ejecutivo ha tomado conciencia de esa situación?
Creo que colocar a un profesional y un empresario experimentado en la industria minera como ministro del sector es un buen mensaje para empezar. Y los mensajes específicos que el ministro
Mucho ha dado, también son mensajes que los inversionistas y los empresarios escuchamos. Porque para hacer un buen cambio, por lo menos hay que decirlo, y eso es lo que ha empezado a hacer el ministro. Pero ahora hay que trabajar para concretar esos cambios.
Entonces, los mensajes están ahí y hay ideas interesantes, pero sobre todo hay diálogo. De hecho, una de las primeras acciones del ministro fue convocar a los empresarios mineros a una mesa para escucharnos. Y ese es un paso inicial muy positivo con el que estamos satisfechos.
Paradójicamente, es esa apertura y la relación que el ministro ha tenido con el sector lo que ha generado que los grupos del ala extrema de la izquierda del Congreso lo denunciaran por un supuesto ‘conflicto de intereses’ para el cumplimiento de su función.
Sí, cuando es todo lo contrario, es una fortaleza porque es una persona que conoce el sector por dentro, y tener a un profesional de su talento en ese cargo es bueno no solo para la industria, sino para el crecimiento de la economía y del país en general.
Personalmente, como ingeniero geólogo formado en universidades peruanas, con posgrados en extranjero, creo que mejor profesional que el señor Rómulo Mucho va a ser muy difícil encontrarlo en el país. Es un empresario y profesional, quechuahablante y aymarahablante, que ha recorrido el Perú a lo ancho y a lo largo, conoce todas las operaciones mineras, la minería, la geología; pero, sobre todo, conoce los desafíos que tiene las empresas y operaciones mineras, por lo que creo que es la persona indicada para resolver los problemas que ahora afrontan.
Por lo demás, creo que es una persona muy transparente y tiene todo el apoyo de la industria.
Sin embargo, se afirma que no fue lo suficientemente firme para lograr que el Ejecutivo observe la norma que aprobó el Congreso y que impide a la policía desplegar operativos para impedir el tráfico de insumos de los mineros ilegales.
Creo que fue negativo el no haberse opuesto a la derogación de esa medida. Creo que fue un paso hacia atrás, un retroceso respecto a lo que ya se había logrado. No necesitábamos eso, el Ejecutivo no necesitaba eso.
Lea la entrevista completa en nuestra edición 162 de Rumbo Minero, aquí.