“¿Entonces qué hacemos?, ¿Dejamos que se vayan?” repregunta retadoramente Luis Ortigas, presidente de Perú-Petro, cuando le insistimos por la razón que el Estado está evaluando dar algunas facilidades a las petroleras para salvar el bache de los bajos precios del petróleo. La iniciativa de Perú-Petro se da en vista de que muchas empresas están dejando proyectos y operaciones en el mundo. Hasta el momento esto no ha sucedido en el Perú. Es decir, ninguna empresa ha llegado a esta agencia con la excusa de que los bajos precios del petróleo ahogan su economía, pero Ortigas señala que tarde o temprano esto sucederá.
Para adelantarse, Perú-Petro ya ha convocado a todas las empresas que tienen contratos vigentes para ver en qué medida se las puede ayudar. “Al final, el Estado es socio de ellas y no conviene que devuelvan lotes”, reafirma Ortigas. Las opciones son múltiples y van desde reducir el porcentaje de sus regalías, hasta ampliar los plazos de exploración o vigencia de sus contratos a la espera de que el precio del crudo rebote, algo que todas las petroleras ansían.
Si bien pocos especialistas están en desacuerdo con la posibilidad de alcanzarles a las firmas de petróleo un salvavidas ante un posible naufragio, el tema es cómo hacerlo. Carlos Gonzales, gerente general de Enerconsult y conocido especialista del sector, cree que no es posible plantear medidas específicas para cada empresa, producto de una conversación directa. Se trata de 68 contratos que deberá evaluar Perú-Petro, convirtiéndose en una especie de empresa auditora, porque deberá definir si bajo las actuales condiciones la empresa que tenga el lote sigue generando rentas o no. Ortigas justifica esto, porque simplemente cada una tiene condiciones distintas. Así, explica que no se puede comparar la economía de un pozo ‘off shore’ (del mar), con uno que esté en la costa y otro en la selva, “son realidades distintas, tienen costos y calidad de crudo diferentes”.
Jorge Manco Zaconetti, investigador en temas energéticos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, señala que Perú-Petro no está en capacidad de negociar, porque no tiene personal capacitado y es probable que las empresas se victimicen y pidan el oro y el moro.
Solo basta ver las propuestas que ha planteado la Sociedad Peruana de Hidrocarburos (SPH). Su presidenta, Beatriz Merino, ha pedido al Estado suspender o retener las fases de exploración, aprobar la recuperación anticipada del IGV del régimen de importación temporal, mejorar el concepto tributario de asistencia técnica, revisar los contratos con miras a reducir regalías y establecer una moratoria general para el pago del Carec (un fondo de capacitación del sector) por dos años.
Luis Ortigas señala que el tratamiento en el caso de las regalías –que puede ser lo más sensible de la negociación– no se tocaría para el caso de las concesiones que están en etapa de exploración, pero sí para las que tienen producción.
CUESTIÓN DE REGALÍAS
En realidad, en el sector petrolero hay un caso muy disímil de pago de regalías de los lotes productores, estas van desde 5% (ejemplo BPZ, CNPC, etc.) hasta 52% (Petrolera Monterrico) y 70% (Unipetro). Las últimas podrían hacer poco viable la extracción de crudo en las actuales circunstancias, en las que se vive un desplome del precio del petróleo, de US$107 el barril (en julio del año pasado) a US$50 el barril (promedio de enero).
Jorge M. Zaconetti indica que se requieren medidas que vayan más allá de la coyuntura, pues nada garantiza que las empresas sigan invirtiendo en explorar y producir crudo con precios de US$50 el barril, cuando a precios superiores a los US$100 no lo hacían.
El plan de Perú-Petro no apunta a que se incrementen las inversiones, sino a que los lotes no sean devueltos, porque esto generaría otro tipo de riesgos. “De devolverse un lote esto significaría que se tendría que volver a licitar con menores exigencias y se tendría que realizar una consulta previa, ocasionando más retrasos”, señala.
La revisión de contratos o entrega de algunas concesiones a las empresas de petróleo no es un procedimiento que solo esté evaluando Perú-Petro; otras, como la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) de Colombia, también lo están haciendo, sobre todo porque colocar lotes en las actuales circunstancias es más difícil, la última ronda de licitación de lotes de la ANH ha fracasado. Perú-Petro tiene una licitación pendiente y, según Ortigas, es probable que se suspenda, debido a que hay poco interés en el concurso por parte de las empresas.
El ex presidente de Perú-Petro, Aurelio Ochoa, indica que en años anteriores, bajo condiciones de caída de precios no se dieron beneficios a las empresas y tampoco se registró una fuga de inversiones. Gonzales refuta esto en el sentido de que esta vez no se tiene una sola condición que esté afectando al precio del petróleo, se trata de más factores (sobreproducción rusa, producción de esquisto de EE.UU., nuevos productores como Canadá y Colombia, contracción de la demanda por la crisis europea) que harían que la situación vaya para largo.
La propuesta de Gonzales es de carácter general, para toda la industria y es la de restablecer las condiciones previas a las licitaciones que priorizaban la entrega de altas regalías, esto es aplicar el Decreto Supremo 017-2003 que impuso regalías entre 5% y 25% de acuerdo con la producción. “La norma ya está, solo hay que sacarla del cajón”, indica. Sin embargo, esto no es gratis, explica que deben haber compromisos de inversión de largo aliento por parte de las petroleras, a cambio de esta ayuda. Incluso señala que existe otra norma, la Ley 28109, de explotación de reservas marginales, que permite reducir regalías a cambio de más exploración.
En línea con la SPH, señala que otra medida puede ser ampliar la lista de exoneraciones de tributos a la importación de bienes destinados a la exploración petrolera, o la devolución definitiva del IGV a proyectos de exploración. Jorge Manco Z. indica que también pueden ser objeto de renegociación las fianzas que se les exige a las empresas, porque les resta capital de trabajo.
La negociación de forma directa podría generar una especie de discrecionalidad por parte de Perú-Petro, respecto a cuáles empresas les otorga ciertos beneficios y a cuáles no. El congresista Rubén Coa, presidente de la Comisión de Energía y Minas del Congreso, señala que hay que estar atentos a lo que saldrá de estas negociaciones, pues al igual que los especialistas están de acuerdo con ceder algunos beneficios, pero habrá que ver hasta dónde, debido a que las empresas siempre presionarán.
Las reuniones entre las empresas y Perú-Petro han empezado el lunes pasado, Ortigas señala que el Estado no puede darse el lujo de perder contratos. De los 87 que tenía en el 2009 hoy tiene 68, y cada vez el número se reduce, entonces, indica, “algo hay que hacer para que no se vayan”.
Fuente: El Comercio