Una comitiva del Ejecutivo, integrada por funcionarios de los ministerios de Energía y Minas (Minem), del Ambiente y de Agricultura, constató, en compañía de las autoridades de la provincia de Melgar (región Puno) y dirigentes locales de los distritos ubicados en la cuenca del río Llallimayo, la paralización, desmontaje y desmantelamiento de la unidad minera Arasi, propiedad de la empresa Aruntani S.A.C., y la ejecución de su plan de cierre.
La visita se realizó en cumplimiento de los compromisos asumidos en la Mesa de Diálogo de Llallimayo, en la sesión realizada en diciembre pasado.
Augusto Cauti, viceministro de Minas del Minem, destacó la presencia multisectorial del Gobierno para supervisar y verificar que la mina está paralizada y que se vienen implementando los procedimientos necesarios para cerrar su actividad de forma confiable y segura, en cumplimiento de lo dispuesto por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), entidad adscrita al Ministerio del Ambiente, en el 2018.
Al respecto, destacó que la visita de la comitiva permitió visibilizar los trabajos que se están realizando para garantizar la protección del ambiente en Melgar y la sostenibilidad de la actividad minera en la etapa final de esta actividad, como es el cierre de mina.
Cauti comentó que el Minem facilitará a las autoridades puneñas información sobre la certificación ambiental con la que operaba la mina, mientras el OEFA determinará si hay zonas que remediar y la Autoridad Nacional del Agua (ANA), adscrita al Ministerio de Agricultura, verá los temas referidos al recurso hídrico en la cuenca Llallimayo.
La comitiva visitó los componentes de Arasi, como son los tajos Andrés y Jessica, la cancha de relaves y las pozas de cianuro constatando que no se realiza labor alguna. En cada punto de inspección, los operarios explicaron el procedimiento que vienen realizando para llevar a cabo el cierre de las operaciones.
El viceministro resaltó que el cierre de la mina Arasi y la supervisión del posible impacto causado en el ambiente atiende una preocupación manifestada por la población de Melgar durante años y genera un espacio que fortalece la confianza y entendimiento en la región Puno.
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