La propuesta de estrategia social planteada para el sector minero consiste en mejorar la cooperación a través de la convivencia, el diálogo y el desarrollo de proyectos sociales.
Este 2022 se darán los primeros pasos para impulsar espacios de diálogo multiactor con el propósito de lograr consensos en torno al desarrollo territorial de Cajamarca, propuesta impulsada por el Centro de Convergencia y Buenas Prácticas Minero Energéticas (Rimay), integrado por representantes del Estado, empresas, academia y la sociedad civil.
Así lo dio a conocer Luis Miguel Incháustegui, exministro de Energía y Minas, en el evento Rumbo a PERUMIN organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), donde precisó que se pretende seguir el camino iniciado el 2021 en Moquegua, región minera donde ya se encuentran en una tercera etapa de implementación.
“Este año el gran desafío es hacerlo en Cajamarca, ya se está coordinando con el gobierno regional, y se ha contratado una consultora (Insuco -IEP) que está viendo las preparaciones para ese diálogo”, refirió Inchaustegui.
En esta región ya se encuentran en la etapa de alineamiento, que contempla reuniones preparatorias con las partes interesadas y la revisión documentaria. Previamente hubo un esfuerzo con la consultora Gerens, para poder definir los grupos que podrían participar en este diálogo, en coordinación y bajo el liderazgo del Gobierno Regional Cajamarca.
“Lo más importante es que con el esfuerzo multiactor se va a poder lograr consensos tan importantes para un desarrollo armonioso y para hacer que la minería ayude de forma más rápida y consensuada al desarrollo», agregó.
Valor compartido
En otro momento, Inchaustegui indicó que la propuesta de estrategia social planteada para el sector minero consiste en mejorar la cooperación a través de la convivencia, el diálogo y el desarrollo de proyectos sociales, lo que ayudará a reducir y prevenir conflictos y atender de manera más eficiente las necesidades de las comunidades.
Asimismo, afirmó que para lograr la aceptación social a través del valor compartido, las empresas deberán mejorar su competitividad y rentabilidad ayudando a resolver problemas sociales de su entorno, elevando la calidad de vida de los stakeholders y promoviendo clústers locales para amplificar los beneficios económicos y sociales en las comunidades.
“El valor compartido es exitoso cuando se crea un círculo virtuoso en la estrategia corporativa, y para ello, se amerita desarrollar el impacto social y ambiental, el impacto (beneficio) al negocio e innovar para aumentar el alcance y la escala de impacto”, añadió.
Con este tipo de iniciativas impulsada desde el sector empresarial no se busca reemplazar al Estado, sino de atraerlo y juntos resolver las necesidades de las poblaciones, indicó el director independiente de Candente Copper Corp.