Este incremento del precio del metal rojo está ligado directamente a la creciente demanda de cobre para aplicaciones críticas en la descarbonización y electrificación de la economía, como la generación de energía renovable y la fabricación de vehículos eléctricos.
Por: Sandor Lukacs de Pereny, Profesor del MBA y de los Programas de Sostenibilidad de ESAN.
Expertos en materias primas están observando un fenómeno emergente en el mercado del cobre considerándolo un “superciclo” imprescindible para la transición de una economía basada en combustibles fósiles a una economía electrificada.
Tradicionalmente, el precio del cobre había sido estable, pero recientemente ha experimentado fluctuaciones significativas, destacándose un notable incremento que lo ha llevado a rozar los US$
10,000 por tonelada desde abril, marcando su valor más alto en un año. En el presente artículo, desarrollamos la relevancia del cobre como el oro rojo del futuro.
Este incremento del precio del metal rojo está ligado directamente a la creciente demanda de cobre para aplicaciones críticas en la descarbonización y electrificación de la economía, como la generación de energía renovable y la fabricación de vehículos eléctricos. Expertos resaltan la importancia del cobre debido a sus excepcionales propiedades de conductividad eléctrica, indicando que la cantidad de cobre necesaria en las próximas tres décadas podría igualar a
toda la usada en la historia de la humanidad hasta ahora.
OPORTUNIDADES ANTE LA CRECIENTE DEMANDA GLOBAL DE COBRE
La demanda creciente, sin embargo, se enfrenta a una oferta que no logra mantener el ritmo, exacerbada por una década de inversiones insuficientes en nuevas minas. Al respecto, en una nota efectuada al estratega del Bank of America, Michael Widmer, este afirma que se requerirían inversiones de al menos US$ 127,000 millones anuales para satisfacer la futura demanda, pese a que recientemente solo se han alcanzado los US$ 104,000 millones.
Por otro lado, la apertura de nuevas minas afronta retos significativos debido a los impactos ambientales y la resistencia de las comunidades. Esto fue particularmente evidente en el caso del
cierre de la mina de cobre más grande de Panamá el año pasado. Y, por ejemplo, en Alemania, la extracción de cobre es poco viable debido a la escasez de grandes yacimientos y a los complejos procesos burocráticos. Esto precisamente subraya la dependencia del país de las importaciones principalmente de América del Sur y del Congo.
PANORAMA DEL SUPERCICLO
Ante dicho escenario, los expertos anticipan que el alto precio del cobre se mantendrá, posiblemente marcando un prolongado superciclo. En ese contexto, iniciativas como la minería en aguas profundas en Noruega buscan explorar nuevas fuentes de este valioso metal, aunque es poco probable que puedan satisfacer completamente la creciente demanda global.
En el caso del Perú, país con la segunda reserva mundial cuprífera, Buenaventura -firma minera tradicionalmente conocida por su producción de oro y plata- está redireccionando su enfoque hacia la minería de cobre. Sin duda, todo apunta a que se está anticipando una mayor estabilidad y proyección a largo plazo del metal en términos de demanda.
Específicamente, sus directivos destacan que los yacimientos de cobre ofrecen la posibilidad de generar reservas más extensas en comparación con las operaciones de oro y plata. Asimismo, si bien estos últimos requieren menos inversión inicial (Capex), tienen una vida útil más corta. Por ende, Buenaventura tiene varias iniciativas en marcha, incluyendo la unidad minera El Brocal en
Pasco, y proyectos como Trapiche en Apurímac y Coimolache en Cajamarca, con planes de comenzar producción entre 2028 y 2029. Además, aunque La Zanja en Cajamarca es actualmente una exploración de oro, se están realizando esfuerzos para explorar potenciales depósitos de cobre en esa área.
UN AUMENTO SOSTENIDO EN LOS PRECIOS DEL COBRE: BENEFICIOS PARA EL PERÚ
Es preciso mencionar que los precios del cobre han aumentado significativamente. De hecho, este viene superando los US$ 4,36 por libra, un pico no visto desde junio de 2022. Por consiguiente, se
espera que siga subiendo su valor hasta alcanzar los US$ 5 por libra para 2026.
Este es un incremento impulsado por la demanda en sectores como la transición energética y la fabricación de vehículos eléctricos.
Lea el artículo completo en nuestra edición 164 de Rumbo Minero, aquí.
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