Las tierras raras conforman un grupo de 17 elementos químicos que se caracterizan por poseer propiedades magnéticas, catalícas y luminiscentes únicas, que los hacen esenciales para diversas aplicaciones tecnológicas y científicas.
El conjunto de estos minerales incluye al lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio, además de escandio e itrio. Cada uno de ellos presenta propiedades físicas y químicas que los hacen indispensables en la fabricación de dispositivos electrónicos avanzados, energías renovables, imanes de alto rendimiento y aplicaciones médicas.
A pesar de su denominación, estos elementos no son realmente «raros» en términos de abundancia en la corteza terrestre. Algunos, como el cerio y el lantano, son más comunes que el cobre o el plomo. Sin embargo, su distribución geológica es dispersa, lo que significa que rara vez se encuentran en concentraciones lo suficientemente altas como para ser económicamente viables para su extracción. Además, el proceso de separación y refinamiento es altamente complejo y costoso, lo que representa un desafío tanto tecnológico como ambiental para su explotación sostenible.
Usos y aplicaciones
Las tierras raras son esenciales para diversas tecnologías avanzadas. Se utilizan en la fabricación de imanes de alto rendimiento, fundamentales en motores eléctricos, turbinas eólicas y discos duros. También son clave en la producción de dispositivos electrónicos como pantallas LED, baterías recargables, láseres, fibra óptica y catalizadores para la refinación de petróleo. En el sector salud, se emplean en equipos de resonancia magnética y en la fabricación de isótopos para tratamientos médicos. En la industria de defensa, son fundamentales en sistemas de guiado de misiles, radares y sensores avanzados, lo que los convierte en un recurso estratégico a nivel global.
Importancia económica
Actualmente, China domina la producción mundial con 270,000 TM anuales, concentra más del 60% del suministro global y controla gran parte de la cadena de valor, desde la extracción hasta el procesamiento y la manufactura de productos finales.
Le sigue Estados Unidos (45,000 TM), Birmania (31,000 TM), así como Australia, Nigeria y Tailandia (cada uno con 13,000 TM). A nivel de Latinoamérica, figura Brasil con 20 TM.
En relación a los países con mayor reserva, aparece liderando nuevamente China con 44 millones de TM, le sigue Brasil (21 millones de TM), India (6.9 millones de TM), Australia (5.7 millones de TM), Rusia (3.8 millones de TM) y Vietnam (3.5 millones de TM).
Este dominio chino ha generado preocupaciones estratégicas en otras economías avanzadas, como Estados Unidos, la Unión Europea, Australia y Canadá, que han intensificado sus esfuerzos para reducir su dependencia del gigante asiático. Para ello, han implementado políticas de incentivos para la exploración y producción de tierras raras en sus propios territorios, además de fomentar asociaciones con países emergentes que poseen reservas de estos minerales. El crecimiento exponencial de la demanda de tierras raras, impulsado por la transición hacia energías renovables, la electrificación del transporte y el desarrollo de tecnologías avanzadas, ha acelerado la búsqueda de nuevas fuentes de abastecimiento.
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¿El Perú cuenta con reservas de tierras raras?
El Perú, con su amplia riqueza geológica, presenta un gran potencial para la exploración y producción de tierras raras, con indicios de yacimientos en Puno, Cusco, Huancavelica y Apurímac, asociados a formaciones geológicas favorables como fosfatos y carbonatitas. El desarrollo de esta industria podría diversificar la economía minera, atraer inversiones tecnológicas y generar empleo en nuevas cadenas productivas.