La yuca dulce que comemos posee 20 miligramos de cianuro por kilo, mientras que la yuca amaga contiene hasta 1000 miligramos de cianuro por kilo, es decir, 50 veces su valor, lo que la hace propicia para recuperar hasta el 82% del oro en concentrados.
Con el objetivo de desplazar al mercurio como insumo para la extracción de oro en la minería artesanal, expertos de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá, actualmente están evaluando aplicar la yuca amarga, por sus altos contenidos de cianuro, en el tratamiento y recuperación del mineral, cuyos resultados son promisorios a la fecha.
Durante su presentación en el Encuentro Internacional de PERUMIN 35 Convención Minera, Marcello Veiga, profesor emérito de UBC, compartió la experiencia de emplear los componentes de la yuca amarga en la industria minera del oro, como una alternativa que ha tenido participación en proyectos de extracción metalúrgica de 40 países desde 1980.
Según el especialista, la yuca dulce que comemos posee 20 miligramos de cianuro por kilo, mientras que la yuca amaga contiene hasta 1000 miligramos de cianuro por kilo, es decir, 50 veces su valor, lo que la hace propicia para recuperar hasta el 82% del oro en concentrados, conforme a los resultados preliminares obtenidos en el laboratorio de UBC.
Minería artesanal del oro
En referencia a los desafíos de la minería artesanal del oro y el problema del mercurio, el catedrático explicó que alrededor del 90% de los mineros artesanales en el mundo son micro-mineros, y que del total solo el 1% logra formalizarse a través de las propuestas y normas vigentes, por lo que propuso una alianza entre la pequeña y gran minería.
«¿Por qué es tan difícil para la minería artesanal adoptar nuevas técnicas? Porque no se tienen los conocimientos necesarios de química para adoptarlas y porque es caro hacer plantas buenas y limpias. Entonces, la solución es la coexistencia: los mineros hacen la minería y las compañías procesan el mineral», señaló el especialista en el cónclave.
Los informales emplean mercurio porque resulta barato y fácil, pese a su impacto en la salud y el ambiente. Por ello, Marcello Veiga sostuvo que el trabajo conjunto entre la minería artesanal y las compañías convencionales está funcionando para desterrar el mercurio de la actividad y ante el lento avance del proceso de formalización minera.
«Queremos transformar a todos los mineros artesanales en pequeños mineros responsables y formales capaces de rentabilizar el negocio, cumpliendo las leyes de protección ambiental y tributando justamente», enfatizó, advirtiendo que muchos mineros artesanales seguirán utilizando el mercurio si no encuentran otra vía económica para la extracción del oro.
Basándose en casos de coexistencia entre productores artesanales y empresas mineras, el docente de la Universidad de Columbia Británica ejemplificó el caso de Poderosa, pionera en la implementación de programas de capacitación y formalización minera en el distrito de Pataz, para fomentar empleo de calidad y recuperación responsable del mineral dorado.