Más allá de su impacto en la inversión, Tía María representa un proyecto de gran envergadura con un potencial transformador para el Perú como la generación de más de 9,000 nuevos empleos formales.
En un panorama global donde la demanda del cobre sigue en auge, el inicio del proyecto minero Tía María en Arequipa y la construcción del megapuerto de Chancay representan una gran oportunidad para darle a la economía peruana la reactivación que requiere.
Tía María, con una inversión estimada de $1,400 millones, abre un abanico de oportunidades para las empresas mineras, impulsando el crecimiento económico nacional y generando un impacto positivo en las comunidades locales, en un marco donde la Encuesta Anual de Compañías Mineras 2023 del Instituto Fraser de Canadá ubica al Perú en el puesto 59 del Índice de Atractivo a la Inversión.
“Esta caída refleja la necesidad de que el gobierno brinde señales claras y de respaldo para la inversión en el sector minero como la mejor opción para generar puestos de trabajo y reducir la pobreza”, señaló José Antonio La Rosa, director de la consultora SUPERA.
Un voto de confianza para la inversión minera
Para el experto, la decisión del gobierno de impulsar Tía María brindará señales de confianza para atraer nuevas inversiones al sector y consolidar al Perú como un destino atractivo para el capital extranjero.
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Y es que, más allá de su impacto en la inversión, Tía María representa un proyecto de gran envergadura con un potencial transformador para el Perú como la generación de más de 9,000 nuevos empleos formales e ingresos que se traduzcan en mayores recursos para el gobierno central y local que permitan financiar proyectos en educación, agricultura, tecnología y otros sectores clave para el desarrollo del país.
“La minería posee el potencial de reducir la pobreza, especialmente en regiones mineras como Arequipa o Moquegua, o también en Cajamarca y Cerro de Pasco. En estas dos últimas regiones la minería registró un crecimiento del 10% durante el 2023, pero hay 9 millones 780 mil peruanos en condición de pobreza y otros 2 millones viviendo en pobreza extrema”, sostuvo.
Un llamado a la colaboración y al diálogo
Por otro lado, La Rosa sostuvo que el desarrollo sostenible del sector minero requiere del trabajo conjunto entre el Estado, el sector privado y la sociedad civil. Es fundamental fomentar el diálogo franco y sin violencia para afianzar la confianza entre todos los actores y avanzar hacia un desarrollo sostenible que beneficie a todos.
“La ejecución del proyecto Tía María es un paso importante en la dirección correcta para el Perú. Este proyecto representa una oportunidad para reactivar la inversión minera, generar empleo, impulsar el desarrollo regional y nacional, y contribuir a la reducción de la pobreza. Con un enfoque responsable y sostenible, la minería puede ser un motor de progreso para el Perú y un faro de esperanza para las generaciones futuras. ¡SI SE PUEDE!”, finalizó.