El metal rojo es fundamental para la descarbonización y la transición energética hacia energías limpias y ofrece al Perú la oportunidad de seguir siendo un jugador importante global, aunque el camino no es fácil.
La producción cuprífera en el país ha sufrido altibajos en los últimos años, y el retraso para desarrollar proyectos -que en su mayoría son de cobre, con una inversión de 53 mil millones de dólares- preocupa al sector minero local, pues las expectativas no son tan alentadoras.
Luis Miguel Incháustegui, Exministro de Energía y Minas, comentó que el desempeño de las mineras cupríferas en el 2022 ha sido importante, debido al inicio de las operaciones de la mina Quellaveco y al incremento de los precios de los minerales, en especial del cobre.
“Debido a los continuos conflictos sociales en el corredor minero del sur, la producción no fue la deseada», dijo.
Guillermo Shinno, Exviceministro de Minas, coincidió que en general el desempeño el año previo ha sido bueno para la industria minera, “si lo vemos a nivel de producción, se tuvo un incremento cercano del 5% con respecto a la producción del año 2021, y esto es debido al inicio de operaciones de las unidades mineras de Marcobre y Quellaveco, así como el incremento de
producción de Cerro Verde y Toromocho”.
“No podemos dejar de lado las protestas sociales que se registraron en el corredor minero del sur, que obligó a que las operaciones mineras de Las Bambas estuviesen cerradas por casi 2 meses
durante todo el año 2022”, acotó.
Para el 2023, Shinno señaló que a pesar de las protestas sociales que se dieron a inicios de año -y que obligó a la disminución de operación de algunas unidades mineras y en otros casos, a la paralización total- se espera que la producción de cobre para el 2023 incremente alrededor del 15%, “porque en los casos de los proyectos Marcobre y Quellaveco estarán en plena producción en lo que resta del año”.
Según. el Ministerio de Energía y Minas (Minem) la producción de cobre estimada para este año en Perú es de 2,8 millones de toneladas, unas 400 mil toneladas más que en 2022.
Tras un inicio de año marcado por las paralizaciones por las protestas antigubernamentales, y los problemas climáticos producidos en el primer y segundo trimestre, la producción minera no estuvo
como se había planificado.
Lea el informe completo en nuestra edición 156 de Rumbo Minero: https://www.rumbominero.com/ED156/