Augusto Cauti Barrantes, Abogado – Consultor Exviceministro de Minas
El litio es un mineral crítico, a escala mundial, para la transición energética, especialmente en
relación a su utilización en la industria de baterías para la electromovilidad, los aparatos electrónicos y el almacenamiento de energía. Según la Agencia Internacional de Energía, se
prevé que la demanda del litio aumente 42 veces para el año 2040; y, conforme a la entidad estatal chilena Cochilco, se estima que la demanda asociada con el uso de vehículos eléctricos aumentará de 41 % del consumo agregado de litio en el año 2020 a un 73 % al año 2030.
A nivel internacional, el mayor uso y el gran potencial para el litio se encuentra en la producción de baterías de iones de litio. Este elemento, que se utiliza para fabricar baterías más compactas, de mayor rendimiento y con alta duración, recorre un largo trayecto desde su extracción hasta convertirse en un producto terminado para su aplicación y usos en el creciente mercado de las baterías, siendo que, tanto el carbonato de litio, como el hidróxido de litio, son utilizados justa mente por los fabricantes de baterías.
En este contexto, según S&P Global y Trading Economics. a inicios del año 2022, los precios del carbonato de litio aumentaron en cerca del 430 % desde inicios del 2021, mientras que los precios del hidróxido de litio han subido en casi 250 % durante similar período.
A su vez, en China, entre fines del 2020 y mediados del 2022, el mercado al contado experimentó un aumento de precio en el carbonato de litio del 830 %, con precios que ascendieron a 73.000
dólares por tonelada. Y recientemente la agencia de investigación y fijación de precios de la cadena de suministro de baterías, Benchmark Mineral Intelligence, indicó que el carbonato de litio de grado de batería chino alcanzó niveles históricos por encima de los de US$ 74.000 la tonelada (la tonelada de cobre supera apenas los US$ 8.000).
El mundo demanda baterías que sean seguras, estables y duraderas; y para cumplir con ello, los fabricantes de baterías a su vez exigen productos de litio de alta calidad que les permitan garantizar tales rendimientos. En caso contrario, no se podrá garantizar la calidad química del litio, lo que conllevaría en resultados negativos, tanto para productores de baterías, como para el propio mercado del litio.
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