Fidel Kishimoto, Profesor del Diploma Internacional en Gestión de Empresas Mineras de ESAN
El Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han destacado, en reiteradas oportunidades, la fortaleza del crecimiento peruano durante las últimas décadas, con tasas interanuales que, en promedio, arrojaban un 5 %. Este crecimiento económico sostenido fue impulsado por las reformas aplicadas desde los años 90, que permitieron una notable y exitosa transformación socioeconómica.
Las políticas implementadas que sustentaron los cambios positivos impulsaron el crecimiento de nuestro producto bruto interno (PBI) por largos periodos. Además, lograron la consolidación fiscal, el establecimiento de una política monetaria prudente, aperturas comerciales basadas en la reducción de barreras comerciales y firmas de tratados de libre comercio (TLC).
El manejo de la política macroeconómica del Estado, cumpliendo sus funciones en la economía de redistribución de la renta, estabilización de la economía, asignación de recursos y reducción de la pobreza, generó la suficiente confianza para ampliar y atraer la inversión privada y extranjera. También es importante referirnos a los ciclos de aumento de precios de los minerales (commodities), ya que fueron relevantes para nuestra economía exportadora.
El análisis de la data histórica-económica de las últimas décadas y de nuestras experiencias de crecimiento, basados en los ciclos de auge de precios, fueron aprovechadas por el Estado y la empresa privada. El crecimiento sostenible, con base en las condiciones del mercado internacional, define el carácter dependiente de nuestra economía estructurada, por su condición de proveedora de materias primas.
EN PROCESO DE RECUPERACIÓN
Nuestra economía fue golpeada por la pandemia en el 2020. Hoy se encuentra en plena recuperación, a partir de la mejora de la salud y la reactivación industrial y comercial. Según el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), la producción de electricidad (sin considerar el consumo del sector minero) registró un avance de 12.5 % en marzo de 2021, mientras que el consumo interno de cemento creció de manera sostenida hasta lograr un 137.5 % al finalizar el primer trimestre del 2021. Diversos indicadores, como el índice de expectativas de crecimiento de las empresas, que pasó de un nivel de 44.2 a 51.2 en el primer trimestre de este año, muestran una confianza interesante en el crecimiento de nuestra economía.
Pese a esta recuperación, aún no hemos asegurado el control de la pandemia ni logramos salir de la incertidumbre política. El proceso de recuperar y sostener la confianza y la estabilidad radicará en la reactivación del mercado…