Beatriz Quispe
Socia de Minería de Deloitte Perú.
Como una de las industrias más globales del mundo, el sector minero, desde hace tiempo, vigila los movimientos geopolíticos porque tiene un impacto directo en los incentivos y desincentivos en inversión y rentabilidad. Actualmente, las compañías mineras están enfrentando incertidumbre jurídica, geopolítica y económica a nivel mundial.
En el Perú, los datos económicos históricos nos muestran una estabilidad razonable y constante desde hace más de 10 años. Así, tenemos que entre el 2005 y 2008 el PBI nacional tuvo un desenvolvimiento ascendente de 6.29% hasta 9.14%; posteriormente, entre 2010 y 2013, osciló entre 8.45% y 5.77%; y en el último año 2014 se registró un PBI ciertamente bajo, pero positivo aún, de 2.35% (Fuente: BCRP).
La inflación se mantiene también estable y relativamente baja. Así, tenemos que en el 2005 se obtuvo 1.49%; en el 2008 se tuvo la tasa más alta de 6.65%; luego entre los años 2009 y 2013 se mantuvo entre el 2.5% y 4.74%; y en el último año 2014 resultó en 3.22%. Los pronósticos para el año 2015, tanto para PBI como para la Inflación según el informe de BCRP de mayo 2015, son de 3.1% y 2.9%, respectivamente, lo que representaría una mejora respecto al año 2014.
Asimismo, desde la perspectiva de los inversionistas y clasificadoras de riesgos, tenemos que la encuesta anual del Instituto Fraser, que califica a 122 jurisdicciones en el mundo sobre la base de su atractivo geológico y el grado en que las políticas del gobierno estimulan la exploración y la inversión minera, publicó que el Perú en el año 2014 obtuvo el puesto 30, subiendo varias posiciones respecto al año 2013 donde estuvo en el puesto 37.
Por otro lado, calificadoras internacionales de riesgo como Fitch y Standard & Poor’s Ratings Services, mantuvieron una calificación positiva para el Perú de BBB+ durante el año 2014 y 2013, dentro del Grado de Inversión, debido a la “sólida hoja de balance soberana del Perú y la flexibilidad fiscal y financiera externa que refuerzan su fuerte capacidad de absorción de choques”, según lo expresaron representantes de Fitch.
Si bien las épocas electorales tienen una alta importancia en el ámbito local interno, desde la perspectiva internacional el panorama se mantiene estable y sin desalentar la inversión minera. No obstante, es importante reconocer que las políticas gubernamentales pudieran impulsar y acelerar el desarrollo minero.
A fin de triunfar en este entorno global volátil, las compañías mineras necesitarán reforzar sus capacidades para hacer pronósticos, planeación de escenarios y administración de riesgos si esperan sobrellevar los cambios proyectados para los próximos años. Aunque muchos de los factores que afectan al sector no pueden ser controlados por las compañías mineras, sí es posible desarrollar estrategias de respuesta para lidiar con ellos. A continuación, algunas sugerencias:
Cultivar relaciones con diversos niveles gubernamentales. Aunque los ejecutivos mineros no determinan la política nacional, pueden ayudar a influir en ella. En regiones donde varían constantemente las leyes fiscales y civiles, las compañías pueden trabajar para cultivar relaciones más cercanas con los representantes de todos los niveles gubernamentales, en un esfuerzo por fomentar un entorno que respalde la aplicación consecuente de la ley. Por su parte, los gobiernos ansiosos por atraer inversiones mineras deben tener como objetivo articular políticas claras e introducir incentivos diseñados para dar la bienvenida a la inversión extranjera pero, sobre todo, un deber claro es motivar el uso de esos recursos priorizando las necesidades regionales y el sentido de urgencia que tienen.
Trabajar en equipo. Mediante el aprovechamiento de los recursos de las asociaciones mineras nacionales y mundiales, las empresas mineras pueden ayudar a influir en las políticas gubernamentales que afecten al sector, elaborar estrategias de trabajo más eficaces y coordinar la respuesta de la industria en aspectos regulatorios clave.
Tomar riesgos inteligentes. A fin de contrarrestar niveles de volatilidad sin precedentes, la administración de riesgos empresariales (ERM) debe abarcar mucho más que la elaboración de métodos y marcos de trabajo para administrar riesgos. Las empresas mineras deben considerar también integrar la ERM con otros sistemas de administración (como integridad de activos, sistemas de administración de calidad y seguridad); supervisar una gama más amplia de indicadores clave de riesgo; aplicar técnicas cuantitativas para evaluar, medir y monitorear los riesgos; y usar herramientas analíticas avanzadas de riesgos, como técnicas de reconocimiento de patrones y redes, análisis semántico e inteligencia artificial para modelar predicciones de fallos más precisas, interdependencias y concentraciones de exposición al riegos.
Planear tomando en cuenta diversos escenarios. Los cambios geopolíticos y regulatorios son difíciles de predecir. Sin embargo, aún es posible planificar. Mientras la mayoría de las compañías emplean el análisis de sensibilidad respecto a los precios de los commodities a la hora de realizar sus pronósticos, no muchas utilizan la planeación de escenarios como una herramienta empresarial estratégica. Utilizando métodos adecuados de planeación de escenarios, las compañías mineras pueden identificar una extensa variedad de futuros divergentes pero verosímiles, e idear estrategias para responder a cada escenario. Esto puede ayudarles para elaborar respuestas para mitigar el riesgo en los peores escenarios, identificar las oportunidades emergentes, identificar opciones de portafolios alternativos y responder al cambio con mayor agilidad. Al usar la analítica (Analytic tool) para predecir, las compañías pueden incluso mejorar la toma de decisiones sobre las asignaciones de capital, estrategia de fusiones y adquisiciones y prevención de fraudes en medio de la incertidumbre del mercado.