Entrevista: Carlos Herrera Descalzi, ex Ministro de Energía y Minas del Perú
La caída de la producción minera, la tramitología, el nuevo reglamento ambiental minero anunciado por el Ejecutivo, el desarrollo del sector eléctrico fueron algunos de los temas que el ex titular del MEM examinó con el equipo de prensa de RUMBO MINERO tras su participación en EXPOMINA PERÚ.
Durante su ponencia decía, que uno de los requerimientos para la producción de energía es el tiempo, que no llegue mucho después, ni mucho antes; sin embargo la política actual es generar energía con anticipación de 20 años, ¿qué opina al respecto?
No es hacerlo con anticipación de 20 años, no sé de donde provenga la fecha de 20 años. Quizás lo que alguien se ha referido es que con todo el tiempo que tarda en desarrollar un proyecto se debe comenzar 20 años antes, y 20 años me parece demasiado.
Un proyecto en diez años debería ser suficiente. Una hidroeléctrica, si es que es un buen proyecto y si es que existe el capital para desarrollarla, partiendo de cero puede estar lista en siete años, incluyendo los estudios y otras cosas. Sostener que se requiere 20 años, me parece excesivo.
Lo que uno tiene que mirar a 20 años o más, es para saber qué tipo de soluciones son recomendables para el país.
Usted mencionó que la producción o la generación eléctrica producida por gas sería un error ¿Por qué?
En los años 60 se decía que la energía eléctrica del país dependía de dos fuentes: la hidroenergía y el petróleo. En esa época ya había voces que sostenía la necesidad de diversificar la matriz energética y buscar otra fuente de energía, con el único fin de depender menos del petróleo porque es una energía escaza y onerosa.
Una solución fue la energía nuclear pero no tuvo éxito; después se intentó con el carbón, y tampoco tuvo éxito porque nunca se encontró reservas de carbón.
Posteriormente esa tercera fuente de energía fue Camisea, un proyecto con reservas suficientemente grandes para la demanda nacional como para poder sostener un crecimiento por varias décadas.
Frente a ello, lo que se busca es complementar un recurso con otro recurso porque la energía hidroeléctrica va a morir al mar cuando no se utiliza, la gran parte del potencial eléctrico peruano está en la hidroenergía.
Históricamente en los países que se desarrollaron, primero agotaron sus proyectos hidroeléctricos y después entraron a los proyectos térmico, siempre hubo una necesidad de superposición de energía térmica porque la energía hidroeléctrica no es constante a lo largo del año porque hay épocas de poco agua y otras con mucha agua.
El Perú en los años ‘80 y ‘90 pudo operar con el sistema sin problemas, con 85% de hidroenergía y 15% de energía térmica, la cual era una energía cara debido al petróleo; pero con la llegada del gas le podría permitir mantener esa misma una proporción 85% y 15% o de 70% y 30%.
Siempre el gas es el camino fácil en generación eléctrica, la inversión es menor –se calcula es la tercera parte de la inversión hidroeléctrica- y el tiempo de construcción es mucho más corto en comparación con el de una hidroeléctrica; no obstante, el gas es un recurso no renovable y que en el futuro podría encarecerse y podría ser escaso.
Entonces al final uno se da cuenta que es preferible utilizar lo renovable, especialmente si se puede hacer de manera económica como en el caso de la energía hidro, y en ese panorama agregar una cuota de gas para superar las estaciones secas y los años secos. Considero que así logaremos tener una reserva de gas mucho mayor.
Ingeniero frente a lo que usted sostiene, el gobierno ya licitó el Gasoducto del Sur, para usted ¿cómo se debería desarrollar este proyecto? porque se está hablando eventualmente exportar energía Chile.
Decir que hemos hecho el gaseoducto y que ahora para tener mercado tenemos que exportar energía a Chile, me parece una vergonzosa declaración de incapacidad.
En temas de energía no puede verse plazos cortos. Sé que las inversiones necesitan recuperarse pero en tema de energía uno tiene que ver plazos largos. Entonces para que hemos hecho una obra que nos cuesta US$ 4,000 millones en inversión, US$ 7,300 millones entre la inversión y operación a valor presente más los aportes que haya que hacer a través del sector eléctrico y más los excedentes que vendrán después de mayores gastos de construcción, para qué le hemos hecho si al final no podemos usarlo para nosotros, me parecería ridículo.
La tarea es encontrar en el sur los consumos del gas, y las posibilidades que están en esta parte del país son la petroquímica. Cabe recordar que hace varios años hubo una licitación de gas para poner petroquímica, proceso que tuvo seis postores; sin embargo no hubo gas para todos los postores por ello se limitó la inversión porque todo el gas que se ofreció fue de 150 millones de pies cúbicos por día.
En esa licitación ganó la empresa CF Industries que consumía casi 100 millones de pies cúbicos por día; y hubo un segundo postor que quiso entrar en la petroquímica del etanol. Al final la primera propuesta no se hizo porque el postor se fue y se arguye que se fue porque en Estados Unidos descubrió el shale gas. La verdad que se fue porque aquí no le dieron las posibilidades, se cansó de esperar y se fue.
Por otro lado, el gas se fue para el exterior, en unas condiciones económicas ridículas para el país en cuanto a lo que pueda recibir como beneficios por ello.
Entonces fue muy mala opción y después de esa elección nos vamos a lanzar a un gaseoducto al sur y hemos puesto como garante al consumidor eléctrico para garantizar el polo energético del sur. Es decir, si no hay gas, igualitos le vamos a pagar porque no es problema de ellos, a ellos les han pedido una oferta, ellos van a construir y van a cumplir con una planta si no la usamos, la pagamos con consumidores eléctricos.
Hay un gaseoducto que también vamos a tener que pagar si es que no se utiliza entonces, no puede caber la idea de decir que tenemos el gaseoducto y no tenemos mercado entonces para poder tener mercado hay que darle a Chile; me parece una declaración de incapacidad. Qué pena por el Perú si eso pasa.
MINERÍA PERUANA
El gobierno del Presidente Ollanta Humala ha cumplido tres años. En ese período la minería peruana ha presentado más retrocesos que avances tanto en producción como en inversiones. ¿Cuál es su balance de este sector?
Es cierto que en estos tres años el sector minero ha venido cayendo, y para eso las cifras son claras, también es real que los obstáculos que se han encontrado en el camino han sido mayores de lo que se esperaba, y las inversiones no han sido todas las que se esperaba.
Sin embargo, no se le puede atribuir solamente a los tres últimos años. Es necesario mirar un poco más atrás; y sería bueno recordar lo que fue el cambio de un gobierno a otro. En ese momento muchos dijeron “con este gobierno que sale ya no hay nada que discutir, mejor hablemos con el siguiente”; y el siguiente gobierno ha tratado de satisfacer algunas de las necesidades, ha tratado de que el sector continúe y de alguna manera atendiendo necesidades sociales, necesidades ambientales pero la inercia ya viene desde atrás.
Cabe recordar que en el último año del ex presidente Alan García, en Puno ocurrió una revuelta contra el proyecto Santa Ana de la minera canadiense Bear Creek. En ese escenario apareció un líder local que ni siquiera pertenecía a las comunidades circundantes por lo tanto no tenía el derecho de los verdaderos vecinos del centro minero, quienes sí estaban de acuerdo con que se haga la mina.
¿Qué tenemos ahora? Esa persona, que estuvo a la cabeza de la revuelta, es uno de los candidatos para la presidencia regional de Puno, y que según algunas encuestadoras va liderando las intenciones de votos.
Este análisis es a nivel de factores internos, y culpar a este gobierno basándose solo en estos elementos sería injusto, ya que también hay temas externos y uno de ellos es la desaceleración de la economía de China.
Otro componente a considerar, y que es importante no quitar el dedo del renglón, es que la población peruana entienda y asimile que la minería es vital para la economía nacional. Este enfoque se observa en Chile donde su gente sabe que el sueldo de su país es el cobre; y pese a que Chile es monometálico, exporta el doble de lo que exportamos nosotros con toda nuestra minería polimetálica.
Tras lo dicho por usted, se puede sostener que la minería peruana está atravesando por un periodo de cuatro a cinco años de lentitud debido a problemas sociales. ¿Cuántos años nos hace falta para que mejore si tomamos en cuenta que en Puno y Cajamarca los candidatos que se oponen a la minería podrían ser electos?
Esto es un tema interesante y de alguna manera está relacionado con lo que hoy día era energía y con la pregunta que usted me hizo de hace unos momentos de si se va exportar la energía a Chile.
Nosotros competimos con el vecino país del sur por los capitales e inversiones. Así como el partido de futbol que queremos ganar, yo prefiero ganar el partido minero a ganar el partido de futbol porque de eso vivimos o sea tenemos que crecer allí y para eso tenemos que aprovechar las ventajas que tiene el Perú.
Una de las ventajas que tiene Chile es la mayor tranquilidad social, una población más homogénea, más educada, mejor escolaridad que en el Perú, mas conocedora y más convencida de la importancia que tienen para ellos la minería.
En Perú no es así. Nosotros tenemos es una energía más barata; pero tenemos que hacer un trabajo en el tema social, y para eso no hay una ruta corta. Es un trabajo de convencimiento, es un trabajo de concentración, es difícil porque las comunidades que se oponen a la minería, son comunidades andinas y cuál es la economía del Ande, es la agricultura y es una economía de subsistencia y los mayores encuentros en el pasado que ha habido tienen a un grupo de agricultores anti mineros. Revertir esta situación es un tema bastante difícil, es un tema cultural en un país tan heterogéneo como es en el Perú.
En ese sentido, ¿cuál cree que va hacer el impacto de este paquete reactivador al sector minero?
Ayudará en algo, pero a grandes males hay grandes remedios; porque no creo que alguien pueda curar un cáncer con una aspirina. Cuando se tiene un problema grande, tiene que ser un plan mucho más largo, y hay necesidades de generar concesos en el país.
Sin embargo, cuando se habla de generar concesos es ejecutarlo entre los distintos órganos que tiene el país, lo que se llama la sociedad civil, y buscar tener un pensamiento común, lo cual a la fecha no lo tenemos.
¿Cuáles son sus expectativas con el nuevo reglamento ambiental para la minería que fue anunciado en la inauguración de Expomina?
No he tenido oportunidad de leerlo, pero no solamente depende de los reglamentos sino de las actitudes y las cosas son lentas en los organismos estatales porque los funcionarios públicos le tienen terror a la Contraloría.
Uno de los problemas grandes que tenemos es la forma del sistema del control y lo que vemos es que la corrupción aumenta; o sea todas esas actividades de la contraloría no han terminado siendo un freno importante a la corrupción. La corrupción ha aumentado gravemente en el país, pero si frenan en cambio al funcionario público, éste tiene temor de tomar decisiones porque cree que aparecerá en los periódicos como “el funcionario que hizo tal cosa”. Esta situación es como un juego de básquet, cuando alguien quiere lanzar la pelota al aro, no la lanza sino se la envía a otro compañero para que sea quien lo lance; así, si no encesta el primer jugador no será el culpable. Con este ejemplo, podemos entender porque los procesos se hacen tan largos.
Hay otro tema en que me parece una terrible falta de pragmatismo. Discutimos años de años sobre los estudios del impacto ambiental y yo me pregunto para qué discutir tanto sobre un estudio.
¿Qué cosa viene hacer un estudio? Es un retrato de lo que va hacer la empresa en el futuro; y es la base para establecer un compromiso. Por lo tanto, en lugar de discutir tanto el estudio, yo preferiría que agilicen las aprobaciones de los estudios y se fortalezca al Estado en la capacidad de fiscalización.
Esto con el único fin de que si alguien está haciendo un estudio para demostrar que va hacerla bien, lo haga y cumpla con la reglamentación ambiental; y si no la cumple, ahí vendrán los problemas.
También debemos tener presente que una vez que una persona jurídica ha puesto su capital, no va a correr el riesgo de incumplir, de hecho acatará las normas porque será la mejor defensa de su capital.
Por ello considero que no se puede martirizar a los empresarios con sistemas de aprobación tan complejos, tan largos que realmente desalientan la inversión.
MERCADO DE PROVEEDORES
¿Cuál es su perspectiva para los proveedores mineros?
Pienso que la suerte de ellos corre pareja a la suerte de la minería. No he podido yo conversar con todos ellos, pero en algún momento tuve una conversación con gente del sector metalmecánico y ellos me decían que su producción este año había decrecido alrededor de un 15 % antes de eso me dijeron que el avance de la minería significo también un impulso grande para la metalmecánica, porque les pidieron calidad y ellos han invertido en maquinarias más moderna, en mejores procesos y en cumplimiento de normas de calidad estricta.
Considero que a nivel general lo que más preocupaba a los proveedores mineros es que sigan ejecutando los contratos que todavía tenían estaban vinculados a proyectos, y que sigan ejecutando los otros proyectos.
Espero que esto sea así, por el bien de los proveedores mineros y de todo el país.
EL DATO
En el Gobierno Transitorio de Valentín Paniagua Corazao, Carlos Herrera Descalzi fue nombrado Ministro de Energía y Minas (2000-2001). Posteriormente, al iniciarse el gobierno de Ollanta Humala en julio de 2011 volvió a ocupar el mismo cargo, al cual renunció en diciembre del mismo año.
Rumbo Minero. Ed. 82 – Octubre 2014
