Tras las idas y venidas con la Ley Orgánica de Hidrocarburos por parte del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo, Beatriz De La Vega estimó que todo indicaría que, dentro de poco, esa norma verá la luz. En exclusiva para Rumbo Minero, la Socia Líder de Energía de EY Perú analizó la importancia de la LOH y el desarrollo de la industria peruana de hidrocarburos.
¿Considera que habrá novedades con la Ley Orgánica de Hidrocarburos?
Creo que es importante destacar lo que implica en términos económicos el aporte del sector hidrocarburos para el país.
Durante la presentación de la “Guía de negocios e inversión en el Perú para el sector Hidrocarburos”, los participantes manifestamos que en promedio en el año -a pesar de lo deprimido que está el sector- la recaudación por impuesto a la renta en hidrocarburos estaría por encima de S/ 1,000 millones.
O sea, un sector deprimido puede generar cifras interesantes. Entonces, creo que es importante llamar la alerta de lo que eso puede implicar para el Perú.
Asimismo, las regalías en hidrocarburos cobradas por el Estado crecieron en 29.93% de un año a otro (de US$ 793,010,306 en 2017 a US$ 1,030,351,390 millones en 2018). El incremento no está relacionado al desarrollo de nueva regulación, acción del Estado o nuevas inversiones, sino básicamente porque el precio tuvo un ligero incremento durante el año pasado.
Pero, ¿por qué siendo tan importante no se aprueba esta norma?
Un componente importante es la falta de voluntad política. En paralelo, -al igual que en minería- este sector pertenece a una industria extractiva compleja donde hay, de por medio, temas sociales y medioambientales, que hay que atender con urgencia. Aparte, se comenta que, a nivel del Congreso de la República, hay voces muy fuertes del sector de izquierda que impide que esto avance.
Recordemos que recién en noviembre del año 2017, en el Congreso se presentó el proyecto para modificarla; no obstante, que desde el 2014 los precios habían caído y nuestros países vecinos reaccionaron mucho más rápido que nosotros. En el Perú, hemos reaccionado tres años después.
Posteriormente, se dio un consenso y este proyecto entra al Congreso; pero, nuevamente, recordemos que estando ya aprobado el proyecto en junio del 2018 -y por los problemas políticos de principios del año pasado- el proyecto regresó con observaciones del Ministerio de Ambiente (MINAM) y del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), entidad que pidió reformularlo.
Así, recién el pasado 22 de marzo de este año, el proyecto de ley regresó a la Comisión. Entonces, esperemos que ahora -teniendo ya el consenso de los jugadores a nivel Ejecutivo interesados en este tema, sí se apruebe.
¿Cuáles serían los resultados de su aprobación?
Un primer foco es la atracción de inversión que podrían apostar por el Perú con reglas de juego más modernas y claras. Si lo vemos en términos de competitividad, siempre en hidrocarburos los jugadores relevantes de Latinoamérica son Brasil, seguido por México; luego viene Colombia; e incluso un Venezuela que lo ha perdido todo. Los inversionistas siempre están mirando proyectos atractivos en la región latinoamericana. Hay otros países que están ajustando su estructura o saliendo a nuevos mercados, como el caso de Ecuador y Bolivia, así como países como Uruguay donde también se han dado las condiciones para desarrollar la industria extractiva en materia de hidrocarburos.
Por otro lado, cabe recordar que Seferino Yesquén, presidente de Perupetro, hace poco comentó que hay una cifra conservadora de arribar a los 100 mil barriles por día. Esa cifra solamente incluye que de aprobarse la nueva ley se extienda los plazos de los contratos y eso permita a los inversionistas que ya están en el Perú efectuar nuevas inversiones.
Entonces, además de la cifra conservadora de Perupetro, podría generarse nueva inversión atrayendo empresas de la talla de Anadarko, empresa que celebró contratos de licencia en el Perú en noviembre del 2017.
También tenemos a Tullow Oil, un inversionista de clase mundial que está entre los primeros 100 inversionistas en la bolsa de Reino Unido y que estuvo muy perseverante durante todo el 2018 para firmar por lo menos un contrato petrolero para exploración off-shore.
Entonces no se ha calculado ese potencial, pero solamente pensando en lo que podría generarse imagínate hasta donde podríamos llegar.
Realmente, el Perú tiene una excelente oportunidad para posicionarse. Lamentablemente, los inversionistas no miran solamente qué pasa en el Perú, sino lo que ocurre en el mundo. Eso es un foco que no lo vemos acá muy claramente.
Has mencionado un punto importante. Antes de preguntar, debemos recordar que en 1982 el Perú producía 200 mil barriles de petróleos diariamente. Hoy llega a 48 mil; es decir, se cayó cuatro veces; y a pesar de eso, tenemos un fuerte impacto en regalías, en canon petrolero, etc. Ahora, si vemos el contexto internacional, ¿qué ha hecho Colombia que no ha hecho el Perú y que debería copiar en el mejor sentido para mejorar?
En caso de Colombia, por ejemplo, la caída de los precios empezó en junio del 2014. En el año 2015, Colombia incorporó modificaciones importantes para el sector hidrocarburos entre ellas el tema de la posibilidad de renegociar o flexibilizar las regalías petroleras.
Y el hecho de flexibilizar las regalías fue, un poco, para reducir el impacto en los costos de producción y permitir que las empresas puedan seguir obteniendo resultados positivos y alentar la inversión.
El otro componente importante en el vecino país fue que el foco de sus proyectos estuvo en el mar; es decir, proyectos off-shore.
Entonces, reaccionó rápido y por eso es que vimos que -si bien es cierto la crisis de precios tuvo un significativo impacto en su PBI, tuvo que levantarse rápido dado que para Colombia es una industria que contribuye de manera relevante a la generación de ingresos al país.
Luego de eso lo ha acompañado una reforma tributaria bien fuerte. Entonces por ese lado se ve las reacciones del Ejecutivo y del Congreso.
Entonces, como se ha mencionado, antes nosotros podríamos producir 200 mil barriles. Imagínate que esos 200 mil barriles los produjéramos hoy en día; y si tomamos en cuenta que la demanda mensualmente de combustible para mover nuestra industria es alrededor de 200 mil barriles; pero, solamente cerramos el año con 48 mil barriles por día.
Complementando tu idea. Como no producimos todo lo que demandamos, el Perú gasta más de US$ 3 mil millones anuales. Entonces, si tuviéramos el petróleo esa cifra podría derivarse a otras necesidades que urgen en el Perú, como en educación o en salud.
Efectivamente ese es el punto. El hecho de importar, conlleva a un costo adicional de transporte y tipo de cambio y, además, hay incluso fondos de estabilización de los precios para no trasladar la fluctuación de los precios a los consumidores finales.
En resumen, observamos una serie de temas económicos que impactan negativamente al Perú por el hecho de no desarrollar su propia industria de hidrocarburos. Necesitamos inversión para mover nuestra propia industria y por seguridad energética no depender de otros mercados.