Todo indica que la situación de crisis que afrontaba la industria minera mundial ha sido superada y que las condiciones favorables del entorno internacional en que se desenvuelve, que se consolidaron el año pasado, se mantendrán por lo menos durante este y el próximo año. En ese contexto, ¿qué debe hacer el país para potenciar el desarrollo de la industria minera y dotarla de sostenibilidad a largo plazo? En la presente entrevista, Luis Rivera, vicepresidente ejecutivo de Gold Fields Las Américas y recientemente elegido Presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), responde con profundidad a esta y otras interrogantes claves relacionadas con el sector.
¿Cuál es el balance del estado de cosas en la minería peruana?
En los últimos años, el sector no ha sido ajeno a la caída de los precios de los metales, además de los vaivenes y el ruido político generado por los hechos que hemos vivido en el país en los últimos dos años. La aversión al riesgo, está. Basta ver las declaraciones de Ivan Glasenberg, CEO de Glencore, cuando hace algunos años decía que las mineras ya no iban a invertir en greenfields, sino solo en brownfields. Perú no ha sido ajeno a ese hecho, y lo demuestra la sequía de nuevos proyectos que hemos visto, consecuencia directa de la caída de los precios de los metales que afectó al sector hasta antes del año pasado.
Además del ruido político.
Sí, y de los conflictos internos, que han llevado a que muchos de los inversionistas hayan decidido esperar; porque yo no diría que han decidido no invertir en el país. Y es que nuestro atractivo geológico es tan único, que se va a mantener. Y lo digo como representante de una empresa minera transnacional, como Gold Fields. Sin embargo, lo que sí se ha retrasado es la inversión de largo plazo, que se pone en observación, pero no se cancela.
Un hecho favorable en ese contexto ha sido que la oferta y demanda de metales se ha mantenido.
Por suerte, la oferta de metales, más que la demanda, se mantuvo quieta. Las minas de Chile, por ejemplo, se están recuperando. Incluso, la posibilidad de huelgas en las minas de cobre ahí puso nervioso al mercado, lo que contribuyó a que suba el precio. Además, por otro lado, se proyecta que la demanda de cobre para autos eléctricos representará entre tres y cuatro por ciento de la demanda total en los próximos años, lo que será también un componente importante para la subida de precios de ese metal. No será el más importante, pero estará ahí. Todo eso nos dice que, en perspectiva, habrá condiciones favorables para el precio de los metales, y es lo que debemos aprovechar.
¿Qué debemos hacer para aprovechar esa situación?
Que todos los que tienen que ver con permisos para inversiones, por ejemplo, se fijen como mandato la tarea de facilitar las inversiones en el sector para aprovechar este momentum del péndulo. Porque lo que quieren las mineras no son by pass o atajos para invertir, sino condiciones de estabilidad, predictibilidad, claridad y transparencia para poder invertir de manera eficiente y segura.
El gobierno de PPK dio señales de que su trabajo en el sector apuntaría hacia ese objetivo y, de hecho, adoptó algunas acciones para conseguirlo. Sin embargo, desde su perspectiva, ¿qué tanto se avanzó y qué tanto queda por hacer en ese rubro?
En el sector minero tenemos que ver esa problemática desde dos perspectivas. La del corto plazo y la de largo plazo.
En cuanto al corto plazo, podemos decir que tanto el gobierno de PPK, como otros anteriores, mostraron voluntad y proactividad para promover la actividad, lo que se tradujo en modificaciones concretas. Es el caso de las que se introdujeron en los informes técnicos sustentatorios de los proyectos relacionados a los estudios que estaban dentro de la misma huella minera, o los cambios que se han hecho en el Reglamento para la Exploración.
Ese tipo de cambios en la reglamentación, que son sencillos y que no generan ningún impacto en el riesgo ambiental, facilitan la actividad de forma inmediata.
¿Y a largo plazo?
Ahí tenemos tareas pendientes. Porque en esa perspectiva, y en esto el Instituto ha sido claro en los últimos dos años, lo que necesitamos como país es tener un planeamiento estratégico para el desarrollo de nuestra industria minera.
Y es que hay otros países –como Canadá, por ejemplo–, que no solo tienen planes estratégicos para el desarrollo de su industria minera que comprenden 10, 20 y hasta 30 años, sino mecanismos de gobernanza claros para ejecutarlos, lo que el Perú no tiene. Y todos sabemos que si no se tiene un planeamiento estratégico, cualquier esfuerzo es como un disparo al aire. Porque sin un planeamiento estratégico de largo plazo, lo que se va a lograr con ellos son mejoras en el corto plazo, pero no un cambio en la problemática general minera.
¿Y se ha hecho algo para avanzar en esa dirección?
Sí, el año pasado, con el viceministerio de Minas, logramos formar un grupo de trabajo para fomentar el planeamiento estratégico en el sector.
¿Por dónde debe empezar un esfuerzo cómo ese?
Por definir dónde queremos estar como industria minera en los próximos 10 años. Queremos definir qué debemos hacer para que los 58 mil millones de dólares que tenemos como cartera de inversión, se concreten en el terreno; porque tener 58 mil millones en el papel, no sirve para nada. Queremos saber cómo llevar esos 58 mil millones de portafolio, a una ejecución real.
¿Qué entidades u organizaciones debieran participar en ese proceso?
En primer lugar el Ceplan, que debería ser la autoridad que lo lidere, y contar con el impulso de los diversos ministerios; en especial, el ministerio de Energía y Minas, que debería operar como el articulador. Porque cuando uno ve la encuesta del estudio del Instituto Fraser, se observa que ella considera 15 variables políticas y solo dos relacionadas a la industria minera, por lo que el rol que debe cumplir el ministerio de Energía y Minas, debe ser solo el de articular y coordinar con los otros ministerios las tareas del planeamiento estratégico. Esta es una labor en la que queremos participar como Instituto de Ingeniero de Minas.
Luego, cuando abordemos los planeamientos sectoriales, debemos tratar de fomentar que el planeamiento en minería, infraestructura, líneas eléctricas, puertos, carreteas, esté presente en los otros sectores.
¿Existen las condiciones para emprender esa tarea?
Sí. Y el ejemplo más claro es Arequipa. Arequipa es el mejor ejemplo de desarrollo de un clúster minero. Porque tenemos minas como Las Bambas, Antapaccay, Constancia, Cerro Verde, la futura Quechua, Anabis y Aruntani, que son parte de un mismo corredor minero que viene desde Espinar y Mata, hasta Arequipa y Matarani. Allí hay una línea de tren y muchas de esas minas descargan en el puerto de Matarani, que tiene instalaciones para seis millones de toneladas de mineral y es uno de los puertos minerales más grandes del mundo, al punto de competir con los chinos.
Pero cuando uno ve cómo ha evolucionado ese eje de desarrollo, se da cuenta de que lo ha hecho naturalmente, sin participación del Estado…
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