Érika Manchego, analista senior de Scotiabank.
Con perspectivas positivas por el precio de los metales en alza y una amplia cartera de proyectos, la minería del Perú podría ingresar a una nueva fase de consolidación en el 2018. Pero, en concreto, ¿qué efectos tendrá ese nuevo contexto en los ámbitos de la concreción de nuevos proyectos, producción e inversiones? Erika Manchego, analista senior de Scotiabank, responde a estas y otras interrogantes sobre el sector, en la presente entrevista.
La inversión minera creció un 15% en el 2017 y se prevé que este año ascendería a 20%. ¿Cuáles son las proyecciones de Scotiabank?
Esperamos que continúe creciendo en el 2018. Tenemos tres proyectos que están on going: las ampliaciones de Toquepala, Shahuindo y Shougang. Y luego, hay otros dos que están empezando a invertir: el proyecto B2, de Minsur (procesamiento de relaves), y el proyecto Quecher Main, de Yanacocha.
Esos son básicamente los proyectos en que esperamos que se invierta, lo que nos arroja un incremento de 14% de la inversión minera para este año, que son aproximadamente 5,600 millones de dólares.
Además, podríamos algo de la ampliación de Toromocho y si es que hay algún anuncio positivo de Quellaveco, lo que le agregaría un poco más a los estimados de inversión.
En 2018 culmina la ampliación de Toquepala y posiblemente despierten Toromocho, Mina Justa, Quellaveco, Corani y Pampa del Pongo. ¿Qué otros proyectos ingresarían al radar minero en los siguientes tres años?
Los mencionados son los más avanzados y que tienen las mejores perspectivas de salir en los próximos tres años o de iniciar la construcción.
Pero además de ellos, solo tenemos algunos proyectos de mediana escala. Aquí está, por ejemplo, el proyecto para extender la vida de Lagunas Norte (Barrick), que ya está en proceso de agotamiento, cuyo objetivo será procesar el material refractario. Es un proyecto de aproximadamente US$200 millones que tiene cierta certeza de que salga. Y también está el San Gabriel, proyecto de Buenaventura para producir oro, con una inversión aproximada de US$450 millones.
Luego, existen otros proyectos que están todavía en etapa de exploración avanzada, los cuales podrían tomar un poco más de tres años para empezar a construirse.
MICHIQUILLAY Y OTROS PROYECTOS
Southern Perú prevé invertir US$2,500 millones en Michiquillay. ¿Le parece justificado este monto para un proyecto que estuvo 60 años en la ‘congeladora’?
En realidad, la decisión de cuánto se debe invertir se toma en base a factores técnicos, a la escala y la magnitud que va a tener el proyecto, y a las condiciones geológicas, porque no todos los proyectos son iguales.
En el caso de Michiquillay, US$ 2,500 millones es una inversión significativa, en cuanto equivale a alrededor del 7% de la inversión privada. Pero hay que considerar que, según proyecciones, tendrá una producción de 225,000 toneladas que aportaría alrededor de 0.5 puntos porcentuales al PBI total cuando empiece a producir, por lo es un proyecto de magnitud importante.
Sin embargo, Óscar González Rocha, presidente de Southern Perú, ha señalado que para ponerlo en marcha es importante que el Estado resuelva las demandas sociales, y ha advertido que si no acompaña a la empresa en ese proceso, devolvería el proyecto.
Lo que pasa es que en Cajamarca ha habido el tema de Conga y Michiquillay, junto con otros proyectos, están cercanos a esa zona. Entonces, la presencia del Estado ahí es particularmente importante ya que se tiene que tratar de cubrir las necesidades de la población.
Además, se debe hacer un trabajo de comunicación para explicar cuáles son los beneficios del proyecto y cómo se van a mitigar los riesgos para que no pase lo mismo que con Conga o Tía María.
Colca y Jalaoca están en lista para su pronta adjudicación. ¿Qué avizora para esos proyectos?
Son proyectos que todavía están en etapa de exploración inicial, por lo que con la licitación se pretende que el ganador defina si ellos son viables técnica y económicamente, y que determine cuál sería la inversión para poder explotarlos. En este momento no lo sabemos.
Ahora, ambos son proyectos ubicados en la región Apurímac, en una zona cercana a Las Bambas (en el caso de Colca) y a otros proyectos que ya tienen estudios avanzados y perspectivas interesantes de producción.
Entonces, al compartir la misma superficie geológica, es probable que los resultados sean positivos si es que se hace una exploración avanzada. Pero eso lo vamos a ver a medida que avancen los estudios.
PRODUCCIÓN Y EXPLORACIÓN
La producción de cobre mejoró ligeramente a 2.4 millones de toneladas. ¿Cuánto más podría acumular al cierre del año y cómo le irá a los otros metales?
En cobre hemos tenido un incremento bien fuerte de la producción en los últimos cinco años porque han entrado en operación varios proyectos grandes. Para el 2018, sin embargo, ya no hay muchos proyectos grandes y solo entraría la ampliación de Toquepala, que le agregaría 40,000 toneladas a la producción.
No obstante, eso va a ser minimizado por la reducción de la producción de otras empresas. Este año, por ejemplo, hay algunas minas que estarán explotando zonas de baja ley, como Las Bambas y Constancia, debido al plan de minado que tienen. Quizá el próximo año estén explotando mejores zonas de ley y, por tanto, levanten su producción, por lo que para este año esperamos que la producción se mantenga estable.
En todo caso, el 2019 sí podríamos ver un ligero incremento, de alrededor de 2.5 millones de toneladas, por el primer año completo de [producción comercial] de Toquepala.
Para el caso del oro, esperamos una caída del 3% porque las principales empresas, como Yanacocha y Barrick, vienen produciendo cada vez menos desde hace algunos años porque se encuentran en proceso de agotamiento.
La producción de Yanacocha, por ejemplo, debería estar cayendo en alrededor de 8% y la de Barrick en 25%; lo que va a pesar en contra de la producción de oro.
En cambio, lo que sí debería aumentar es la producción de hierro por la ampliación de Shougang. En este rubro no tomamos en cuenta al proyecto Pampa del Pongo porque su operación aún no empieza y su construcción tomaría entre 3 y 4 años.
Según S&P Global Marketing, el Perú fue el quinto país del mundo con mayor inversión en exploración minera durante el 2017. ¿Qué pasará con ella en el 2018?
El 2017 la exploración minera en el Perú aumentó 28%, después de haber caído cuatro años consecutivos. Y es que Sucede que cuando los precios de los metales cayeron, la mayoría de empresas empezó a reducir costos e inversiones, entre ellas las de exploración.
Pero ahora que los precios han mejorado, las inversiones en exploración son las que más más rápido se han reactivado porque es un tipo de inversión que, en comparación con lo que cuesta desarrollar un proyecto nuevo, no demanda mucho capital. Por ello, este año esperamos que la inversión en exploración siga incrementándose.
EL FACTOR ‘CHINA’
¿Cómo le irá a China, país del cual depende mucho la minería peruana?
China creció el año pasado 6.9%, superando la meta del Gobierno y las expectativas del mercado. Para el 2018, sin embargo, su meta de crecimiento es 6.5%, lo que está en línea con lo que está esperando el mercado.
Y es que China es una economía que está cambiando. Porque antes su modelo estaba basado en la exportación de bienes y en la industria, ahora, en cambio, los servicios y el consumo interno tienen cada vez más peso. Este es un cambio dirigido por el propio Gobierno para hacer más sostenible el crecimiento en el largo plazo.
Por tanto, es entendible que su economía se vaya desacelerando y que el mismo cambio de modelo implique también una desaceleración en la demanda de metales.
No obstante, la demanda de China va a seguir siendo significativa por la magnitud del consumo y por los proyectos en los sectores de transporte, electrificación, y el incentivo al uso de vehículos eléctricos.
En conclusión, pese a la desaceleración prevista en su economía, que hará que su crecimiento sea más sostenible en el tiempo, creo que en general China debería seguir creciendo.
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