Del 8 al 10 de mayo se realizará la edición 2023 de proEXPLO. En ese marco, conversamos con el Presidente de este importante foro sobre la situación, perspectivas y tareas relacionadas con el rubro de exploración minera, actividad determinante para la sostenibilidad del sector.
¿Cuál es la situación de la exploración en la minería peruana?
Durante la pandemia, la exploración minera en el Perú se desaceleró significativamente; sin embargo, hasta el año pasado, estamos viendo un crecimiento importante de aproximadamente 27% en las inversiones de exploración en el Perú, lo que representa unos U$ 429 millones según la estadística del Ministerio de Energía y Minas (Minem).
Estas son cifras alentadoras, pero deben ser evaluadas en el contexto global postcovid. Además, los buenos precios de los metales están impulsando un crecimiento global en la inversión de la exploración minera en el mundo, la cual creció 32% entre el 2019 y el 2022, aún con la reducción que la pandemia trajo en el 2020.
El Perú, en cambio, solo creció 20% en este periodo, lo cual nos puede evidenciar una menor competitividad como destino de inversión. En suma, es necesario recuperar terreno y, para ello, promover las exploraciones mineras en el país es clave.
¿Qué lugar ocupa actualmente el Perú en el ranking de inversión mundial en exploración minera y cuál es el balance comparativo respecto a sus competidores?
Según S&P Global Market Intelligence, a noviembre del 2022, el Perú ocupó el sexto lugar como destino de exploración, detrás de Canadá, Australia, Estados Unidos, México y Chile. Los primeros
tres países concentran aproximadamente el 51% de la inversión global, principal mente debido a su potencial geológico, área prospectiva y estabilidad en la percepción del inversionista.
En orden de importancia, ¿Cuáles señalaría los principales factores del descenso de las inversiones en este rubro en la minería del país?
El primer factor que afecta nuestra competitividad es la excesiva burocracia en permisos para exploración minera, por lo que debemos trabajar para reducir los tiempos y procesos. Claro está, sin bajar la rigurosidad ambiental y social y, más bien, aplicando esa rigurosidad de acuerdo con las diferentes etapas de los proyectos de exploración y el potencial impacto que se identifique.
Una perforación inicial en el Perú, por ejemplo, puede demorar un año y medio en obtener todos los permisos, mientras que en países competidores puedes obtenerlo de 3 a 5 meses en el Perú. Quellaveco es un buen ejemplo de esto, pero ahora que ya se completó la construcción, necesitamos que nuevos proyectos avancen.
Finalmente, como industria debemos conectar más con la sociedad, mostrando los beneficios que la minería responsa ble y moderna trae a la sociedad, y tratar de cambiar la percepción que existe sobre esta importante actividad.
Debemos tener una visión donde nos alineamos como país para que todos juntos impulsemos no solo nuestro desarrollo, sino la descarbonización del planeta a través del aprovechamiento responsable de nuestros recursos naturales. El Perú debe concentrarse en ser más competitivo para atraer la inversión extranjera.
Lea la entrevista completa en nuestra edición 153 de Rumbo Minero.