La fuerza y continuidad con la que trabajen las maquinarias en operación minera dice mucho de sus componentes, entre ellos el cilindro hidráulico, que es un mecanismo que consta de un cilindro dentro del cual se desplaza un émbolo o pistón y que transforma la presión de un líquido en energía mecánica. Revisemos, a continuación, sus características y la oferta existente en el mercado.
Antes de conocer al detalle las características y el funcionamiento, desglosemos de dónde vienen las palabras cilindro e hidráulico, siendo la primera proveniente del latín “cylindrus” y se aplica a un tubo en que se mueve el émbolo de una máquina; mientras que, el segundo viene del latín “hydraulicus” y hace referencia a un dispositivo que se mueve por medio del agua u otro fluido.
En cuanto a sus partes, el cilindro hidráulico consiste básicamente en dos piezas: un cilindro barril y un pistón -o émbolo móvil- conectado a un vástago. El cilindro barril, con forma de un tubo, tiene una superficie interior pulida y está cerrado por los dos extremos.
En cuanto al pistón, es una pieza cilíndrica maciza que se mueve alternativamente en el interior del cuerpo del cilindro hidráulico, primero desplazándose para ejercer una fuerza al vástago y después para recibir de éste la fuerza necesaria para moverse en sentido contrario.
Además, divide el interior del cilindro en dos cámaras: la cámara inferior y la cámara del vástago.
Finalmente, el vástago es una barra acoplada al émbolo, que efectúa el movimiento alternativo de ida y regreso. Como complemento podemos mencionar a los cabezales, boquillas y horquillas.
Funcionamiento y uso
Con lo anterior, podemos afirmar que los cilindros hidráulicos son actuadores mecánicos usados para dar fuerza a través de un recorrido lineal.
Pero, ¿de qué manera obtienen la fuerza? Lo común es que provenga de algún fluido hidráulico presurizado, conocido como aceite, que llega a través de una manguera y penetra en la cámara del cilindro.
Así, la presión hace que se desplace el émbolo empujando el vástago (barra), el cual aplica una fuerza al elemento que se desea mover. Para el retroceso del émbolo se corta la presión de entrada y el líquido retrocede por la manguera.
En la práctica, los cilindros hidráulicos tienen muchos usos como, por ejemplo, el elemento cilindro-pistón de un motor; los gatos hidráulicos y las prensas; pero, en este caso nos referimos al tipo de dispositivo que se emplea en numerosas máquinas para generar una fuerza que mueve una pieza o un mecanismo, generalmente por el principio de la palanca.
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