Con el argumento de defender el medioambiente o incrementar los ingresos del Estado para dedicarlos al desarrollo de las regiones, el Gobierno de Gabriel Boric ha adoptado diversas acciones y decisiones que tienen a la minería chilena como blanco privilegiado.
Y como consecuencia de ellas, como lo han advertido voceros del sector, la sólida posición del país en el mercado minero mundial podría ponerse en riesgo. Aquí un resumen detallado de las razones que han generado el ambiente de creciente tensión entre la industria y el Gobierno.
Tras las promesas que había hecho como candidato durante su campaña, la minería chilena estaba ya advertida de los cambios que un eventual Gobierno de Gabriel Boric introduciría en sus relaciones con la industria. Por ello, como lo habían hecho ya en la campaña, los mineros chilenos vienen librando una dura batalla para contener los efectos de las acciones y decisiones que, el ahora ya gobernante, viene adoptando para convertir esas promesas en realidad.
Y es que desde el primer día en que asumió el mando del Gobierno -el 11 de marzo del 2022, encabezando una coalición de izquierda-, Boric y su administración detallaron los puntos de preocupación y las medidas que priorizarían dentro de la agenda relacionada con la poderosa industria minera chilena.
Así, a un año de gestión, y tal como lo había adelantado, el Gobierno ha adoptado medidas concretas en tres ámbitos determinantes para la actividad minera: el ambiental, el tributario y el normativo.
En el primero, mediante la reciente cancelación definitiva del proyecto minero-portuario Dominga. En el segundo, con la propuesta de imposición de un ‘royalty’ a la actividad. Y en el tercero, a través de diversas modificaciones introducidas en el Código de Minería. Y como resultado de esas medidas, las relaciones entre el Gobierno y la industria, hoy, se encuentran marcadas por una creciente tensión.
DOMINGA: EL PICO DE LA CONTROVERSIA
En ese escenario, la cancelación del proyecto Dominga -acordada con el voto unánime del Comité de Ministros el pasado 18 de enero- es particularmentesimbólica. Primero, porque con ella Boric no solo cumple una de sus promesas hechas en campaña. Y segundo, porque con ella reafirma su decisión –y la de su Gobierno- de tomar acciones concretas en defensa del medioambiente, aun cuando estas sean incómodas para algunos sectores del país.
Lea el informe completo en nuestra edición 152 de Rumbo Minero