La minería es un sector que constantemente mejora y optimiza sus distintos procesos, de ahí que demande los servicios de laboratorios específicos como el metalúrgico o químico para que, con los resultados obtenidos, puedan tomar acciones a fin de lograr un buen desenvolvimiento en la operación.
Y es que, para cada etapa del proceso minero -desde la ex ploración hasta la extracción y producción- se requiere de distintos análisis. Así, por ejemplo, en el primer caso el material extraído durante la etapa exploratoria necesita pasar por especialistas para determinar la existencia de minerales en el lugar, los cuales además son complementados con otras pruebas que se realizan en el lugar.
Estos laboratorios, como los metalúrgicos cumplen un rol fundamental ya que son centros que se enfocan en estudiar y experimentar con las rocas y/o materiales de los yacimientos. Su función es conocer todas las características físicas, químicas y metalúrgicas de estas.
Habiendo hecho estos estudios, las empresas pueden recién diseñar formas eficientes para iniciar la explotación. Si bien algunas mineras tienen laboratorios propios otros prefieren tercerizar este servicio dada su alta especialización y porque se enfocan únicamente en el análisis de las muestras que son recabadas por personal propio de las minas.
Esto disminuye la carga laboral al personal propio de la empresa minera a fin de que se enfoquen en mejorar otros aspectos del proceso extractivo. Además, las normas locales e internacionales juegan un rol relevante puestoque exigen que los estudios sean extremadamente minuciosos ofreciendo información objetiva.
La tercerización tiene un plus necesario, que es la independencia. Este factor evita la manipulación de las muestras en cualquiera de las etapas garantizando resultados concretos y certeros.
Lea el informe completo en nuestra edición 152 de Rumbo Minero