Presentes en todas las etapas de construcción de una mina, los andamios y encofrados ofrecen la seguridad de soportar grandes cargas y facilitar los procesos constructivos. Por lo tanto, ambos equipos o sistemas son primordiales a la hora de alcanzar diferentes niveles o moldear estructuras. Además, en el caso de los andamios, estas soluciones también son importantes en las labores de mantenimiento, pues permiten crear plataformas y accesos sin importar la geometría de los elementos a inspeccionar.
Fabricados en base a rigurosas normas internacionales, y con materiales cada vez más resistentes e incluso livianos, los andamios y encofrados pueden estar presentes en las tareas de construcción de enormes estructuras, y en el caso de los andamios, también en las actividades de mantenimiento de los equipos propios de una planta concentradora, en donde, gracias a sus diferentes cualidades, permiten construir plataformas horizontales y elevadas para sostener personas, materiales y herramientas necesarias para realizar trabajos en altura.
Así, en el mercado estos productos han evolucionado tanto en su versatilidad como resistencia, pero también en su performance a la hora de disponerse o usarse en obra, facilitando su manipulación, montaje, desmontaje, traslado y almacenamiento. Lo que a su vez brinda mayor celeridad en la ejecución de los procesos y, por lo tanto, mayor productividad en obra.
En el caso de los andamios, estos equipos son muy utilizados en la construcción de edificaciones, infraestructuras y, como ya se dijo, también en las labores de mantenimiento electromecánico en mina, donde pueden sortear cualquier geometría y alcanzar diferentes alturas. Esto siempre con la seguridad de soportar grandes cargas y permitir que el personal se traslade hacia los distintos frentes de trabajo sin ningún riesgo.
Es por eso que también cuentan con una serie de elementos de seguridad para evitar el desequilibrio de la estructura y las caídas de nivel de las personas, como de sus herramientas o equipos de trabajo.
En tanto, gracias a los encofrados, que actúan a modo de “moldes”, podemos construir vigas y columnas, pero también losas, voladizos y grandes estructuras demandantes de concreto que, en el caso de las operaciones mineras, suelen estar asociadas a las zonas de chancado y molienda, donde el tonelaje de los equipos requiere de sólidas bases para garantizar la operatividad de los mismos y la continuidad de los procesos.
De esa manera, andamios y encofrados, cada uno con sus cualidades y ventajas, vienen aportando valor en la construcción de infraestructuras, además, nos ayudan a superar los desafíos geométricos, portantes y de altura en una serie de obras que antes no podrían haberse hecho realidad. En consecuencia, gracias a su evolución cada año estos sistemas nos permiten alcanzar nuevos hitos constructivos y generar eficiencias, lo que a su vez se traduce en mejores rendimientos, más productividad y menores costos.
Asimismo, la versatilidad que ofrecen ambas soluciones coincide también con la rigurosidad de la ingeniería necesaria para llevar a cabo la construcción de múltiples obras, por lo tanto, su uso no debe estar desligado de los criterios esenciales…