La minería es un sector donde intercambiar información, experiencias, análisis y lecciones aprendidas tiene las puertas abiertas. Un ejemplo palpable se observa en materia de seguridad y prevención de riesgos, campo donde los aprendizajes pueden hacer la diferencia para una vida.
La minería, una de las actividades más antiguas de la humanidad, sigue siendo un pilar fundamental en la economía global, y la peruana no es la excepción; además, la creciente presión por adoptar prácticas sostenibles en este sector también incluye la seguridad. La transición hacia
energías renovables y el manejo de residuos mineros presentan nuevos riesgos que deben ser abordados mediante una planificación adecuada.
Ante la alta demanda de los metales, las operaciones mineras tienen que continuar produciendo; lo que conlleva a que los trabajadores realicen sus labores a un ritmo acorde a estas circunstancias.
Y si bien, en el Perú se cuenta con el capital humano altamente capacitado y las compañías están dispuestas a cumplir con los estándares que se requieren, la ocurrencia de siniestros con consecuencias negativas no es ajena. Frente a ello, la seguridad en la minería no solo es una
obligación legal y ética, sino también una estrategia clave para la sostenibilidad y el éxito económico de cualquier operación minera.
PUNTO DE PARTIDA
La minería involucra la extracción de minerales de la tierra, lo que frecuentemente requiere operaciones subterráneas y a cielo abierto. Cada una de estas operaciones presentan desafíos propios.
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Así, por ejemplo, en las minas subterráneas, los derrumbes y la exposición a gases tóxicos son las principales preocupaciones; mientras que, en las minas a cielo abierto, las caídas desde grandes alturas y los accidentes con maquinaria pesada son más comunes.
Frente a ello, la seguridad debe integrarse en el diseño de la mina desde el principio. Esto incluye la planificación de rutas de escape, la instalación de sistemas de ventilación eficientes y la implementación de tecnologías de monitoreo en tiempo real para detectar movimientos de tierra o acumulación de gases peligrosos.
Asimismo, los trabajadores deben recibir una capacitación exhaustiva sobre los riesgos asociados con su trabajo y las medidas de seguridad que deben seguir. La concienciación sobre la importancia del uso de equipos de protección personal (EPP) -como cascos, botas reforzadas y máscaras respiratorias- es crucial.
De igual manera, la incorporación de tecnologías avanzadas, como la automatización y el uso de drones, ha mejorado significativamente la seguridad en la minería. Estas tecnologías permiten realizar inspecciones en áreas peligrosas sin exponer a los trabajadores, además de optimizar el control y monitoreo de las operaciones.
GESTIÓN DE RIESGOS
Implementar un sistema de gestión de riesgos eficaz es fundamental para identificar y mitigar posibles peligros antes de que ocurran incidentes. También las auditorías regulares ayudan a asegurar que las prácticas de seguridad se mantengan y se mejoren continuamente.
Bajo esa mirada, los líderes empresariales deben establecer una cultura de seguridad sólida, en la que todos los colaboradores, desde el nivel más alto hasta el más bajo, comprendan la importancia de la seguridad y la prevención de riesgos, y se comprometan a seguir las mejores prácticas.
Lea el informe completo en nuestra edición 166 de Rumbo Minero, aquí.