Guillermo Vidalón del Pino
Chuck Preble es el autor del libro “Un Minero Americano en Perú, una lección de paciencia y perseverancia”. En momentos que el ritmo de crecimiento de la economía ha disminuido significativamente, resulta interesante leer las reflexiones de este ingeniero de minas norteamericano, quien pudo apreciar cómo un país que tenía un desarrollo relativo superior al de Corea del Sur en 1961, optó erróneamente por políticas que determinaron su estancamiento, posterior empobrecimiento y su reencuentro con la economía mundial.
El Ing. Preble trabajó por más de 35 años en una de las principales productoras de cobre del país, y las responsabilidades que asumió durante su trayectoria profesional lo convirtieron en su presidente. Desde esa posición privilegiada, no exenta de riesgos, pudo auscultar de cerca las políticas implementadas por seis administraciones gubernamentales de diferente orientación ideológica, así como las consecuencias de la aplicación de cada una de ellas.
Estando en medio de un nuevo proceso electoral, en el cual tendremos la oportunidad de elegir a nuestras próximas autoridades, resulta relevante nutrirnos de una visión menos apasionada aunque cercana a la realidad nacional y al futuro del Perú.
Preble tiene varios motivos para preocuparse por nuestro país. Él se encuentra casado con una dama arequipeña y su vinculación se vio reforzada porque sus dos hijos son peruanos de nacimiento.
“Un Minero Americano en Perú” es un relato elocuente de las consecuencias de las medidas económicas que se decidieron en el primer gobierno de Fernando Belaunde, entre el 28 de julio de 1963 y el golpe del 3 de octubre de 1968, encabezado por el general Juan Velasco Alvarado: la suscripción del contrato Cuajone con un gobierno que había dado inicio a una serie de expropiaciones de industrias extractivas –petroleras y mineras–; posteriormente, ocupó las haciendas desalojando a sus propietarios y prosiguió hasta la toma de los medios de comunicación para controlar la información que se propalaba a la población.
El entusiasmo inicial de algunos empresarios locales por la implementación de políticas proteccionistas –que limitaban el ingreso de productos importados– hizo que el país creciera de manera artificial hasta que las reservas se agotaron y la economía se resintió.
En 1975, el general Francisco Morales Bermúdez asume el poder e inicia el proceso de retorno a la democracia con la convocatoria a una Asamblea Constituyente en 1978. Fue un período de gran agitación política y profunda crisis económica. En 1980, el Arq. Fernando Belaunde Terry retorna a la presidencia tras ganar los comicios de ese año.
Las reformas que implementó no fueron suficientes y en 1985, un joven Alan García Pérez, representante del partido Aprista, llega al poder con una alta votación. Las políticas heterodoxas en lo económico convirtieron al Perú en una nación inelegible por organismos financieros internacionales. La inflación alcanzó niveles nunca antes registrados en la historia del país, la carestía, el terrorismo y el empobrecimiento se agudizaron.
En 1990, contra todo pronóstico, el Ing. Alberto Fujimori Fujimori ganó las elecciones con un programa de gobierno diferente del que ejecutó. Afortunadamente, la coherencia de las medidas económicas tuvo un buen resultado y contó con el respaldo de la población en gran parte de sus diez años de gobierno, lo que permitió conjurar a los movimientos subversivos.
Más allá de los hechos cuestionables que se presentan en todos los gobiernos, de los énfasis de cada administración, lo importante es definir un horizonte hacia dónde enrumbarse. Leamos con fruición esta “Lección de Paciencia y Perseverancia” que nos entrega Chuck (Charles G. Preble).