El Perú requiere de generar las condiciones adecuadas que permitan que los proyectos de inversión no sigan paralizados.
Para el exministro de Economía y Finanzas, el mal manejo de los conflictos sociales ha “sido caldo de cultivo sembrado por el nefasto gobierno anterior”.
A puertas de iniciar un nuevo año, Rumbo Minero TV conversó con Luis Miguel Castilla sobre las proyecciones económicas y su impacto en la minería.
Así, para el exministro de Economía y Finanzas, la economía en el 2022 se ha dinamizado gracias al consumo, generado por la liberación de los ahorros en las AFP y los bonos entregados por el gobierno.
Sin embargo, Castilla resaltó que se trata de medidas finitas y recién en el 2023 se sentirá el real impacto en las economías de los peruanos.
El consumo no tiene un motor evidente; por eso, veremos una economía más realista y que reflejará la situación de un bolsillo más precarizado”, comentó.
Igualmente, el socio en Videnza Instituto subrayó las consecuencias que el Perú registre una inflación del 8%.
“Con una inflación del 8% ya es una merma en la capacidad adquisitiva de los bolsillos de los peruanos”, indicó Luis Miguel Castilla.
Factores macro y microeconómicos
Para el exministro de Economía, los factores macroeconómicos (decisiones en Estados Unidos, conflicto entre Rusia y Ucrania, decisiones en China) sí impactan en el Perú.
Pero también sostuvo que se requiere mirar a los elementos microeconómicos; es decir, decisiones adoptadas por las autoridades de todos los estamentos de gobierno.
Tras ello, enfatizó que un principal factor ha sido el mal manejo de los conflictos sociales por parte del expresidente Pedro Castillo y los funcionarios que le acompañaron.
“Ese mal manejo ha sido un caldo de cultivo -sembrado por el nefasto gobierno anterior- que hoy día vemos los resultados”, declaró.
«además, esas reivindicaciones están acabando en una extorsión a la actividad minera y eso sí pasará factura en el 2023”, advirtió Luis Miguel Castilla.
Frente a ello, reafirmó que el Perú ahora requiere de generar las condiciones adecuadas que permitan que los proyectos de inversión no sigan paralizados.
Así como también lograr que la actividad pública empiece el 2023 con buen pie; pese a que en enero próximo ingresarán nuevas autoridades regionales y locales.
“Creo que estamos con un año que cierra entorno al 3% y el 2023 será la gran incógnita. Todo depende de lo que ocurra en el plano político, que se logren calmar las aguas a nivel social y que tengamos un poco más de espacio de tranquilidad para que todo lo que está en stand-by se reenganche -especialmente la inversión privada”, concluyó Luis Miguel Castilla.