Tennessee quiere seguir el ejemplo de Texas y convertirse en el segundo estado de la Unión en contar con un depósito propio para custodiar el oro del gobierno estatal y de sus ciudadanos. La seguridad de contar con el metal en su territorio y el ahorro de costes derivado de no tener que pagar por la custodia son dos de los argumentos principales de los promotores de esta medida.
Según informan desde Money Metals, el gobernador de Tennessee, el republicano Bill Lee, ya ha solicitado al Comité Asesor de Relaciones Intergubernamentales del estado que examine si considera viable la creación de un depósito para custodiar el oro propiedad del estado y de sus ciudadanos.
Este Comité tiene hasta el próximo 1 de enero de 2022 para remitir sus conclusiones a los portavoces del Senado y la Cámara de Representantes de Tennessee. Los proyectos de ley presentados ante ambas cámaras (HR 353 ante la Cámara de Representantes y SB 279) por el congresista Bud Hulsey y el senador Paul Rose fueron aprobados por unanimidad.
Se trata de un proyecto que está respaldado por la Sound Money Defense League (organización que promueve la aprobación de legislaciones estatales que eliminen los impuestos sobre el oro y la plata físicos) a imitación del que fue aprobado y está en marcha en el estado de Texas, como ya hemos informado desde este periódico.
El proyecto de ley explica que, si el estado de Tennessee desea asegurar sus fondos invirtiendo en oro, ante los peligros que suponen la subida de la inflación y la inestabilidad económica, debería abonar las tasas derivadas de la custodia del metal a otro estado de la Unión.
Sin embargo, si se crea un depósito estatal, Tennessee eliminaría el riesgo inherente a depositar su oro en las cámaras acorazadas de los bancos de Wall Street, además de ahorrarse los gastos de custodia y crear empleo dentro del estado.
De esta forma, Tennessee se uniría a Texas como los únicos estados de la Unión que cuentan con depósitos de metales preciosos en su propio territorio, gestionados por el gobierno estatal.
Este interés de los estados por controlar sus reservas de oro y los depósitos de sus ciudadanos supone una protección adicional frente a una eventual repetición de la decisión tomada en 1933 por el Gobierno federal del entonces presidente Franklin D. Roosevelt de expropiar todo el oro que se encontraba en manos privadas.
Otro argumento esgrimido por los defensores de este depósito estatal es la preocupación por la manipulación en los mercados de metales preciosos realizada desde Wall Street y por la pobre supervisión de las reservas de oro federales por parte del Gobierno estadounidense.
De hecho, el pasado mes de mayo informábamos sobre la presentación de un proyecto de ley federal para realizar una auditoría completa de las reservas de oro estadounidenses cada cinco años. Un proyecto, por cierto, presentado por el congresista republicano por Virginia Occidental Alex Mooney, protagonista de diversos proyectos favorables a la consideración de oro y plata como dinero en efectivo.
Se da la circunstancia de que, a pesar de estar considerando la creación de un depósito estatal de metales preciosos, Tennessee es uno de los 10 estados de la Unión que aún mantienen vigentes los impuestos sobre las ventas de oro y plata físicos. Los diversos proyectos de ley para eliminarlas a lo largo de los últimos años han sido rechazados.